Prólogo.

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Entonces, las luces se apagaron. El sonido de los gritos invadió mi cuerpo y sentí cómo se erizaban los vellos de mis brazos. Una onda de calor y una sensación de encierro me invadieron de golpe cuando la gente se movió hacia el frente para contemplar más de cerca a sus ídolos. Una luz blanca, una manta enorme en negro con las palabras "My Chemical Romance" en el fondo del escenario. El aumento de gritos, una figura ensombrecida atrás de un teclado, y la nota sol inundando el lugar con aire de una fuerza y nostalgia imposibles de describir. Los celulares y las luces en el aire, el estadio oscuro rodeado de puntos resplandecientes que parecían estrellas. Ahí, en medio de la nota, los veo entrar. Veo a Mikey, alcanzo a divisar a Frank, contemplo a Ray en el escenario. Y luego él, Gerard, con el cabello blanco, dándole una apariencia hermosa, apoderándose de su espacio, colocándose al medio, tomando el micrófono entre sus manos, luciendo un anillo de compromiso en su dedo anular, haciendo que la histeria del público aumente aún más. Y ahí estoy yo, en frente, con lágrimas recorriendo mis mejillas, observando a Gee cumpliendo su sueño, recordando la sonrisa que solía regalarme cuando me contaba de su secreta pasión por la música, la forma en que solía mirarme cuando le decía que él lo lograría, sus brazos apretando suavemente mi cuerpo para agradecerme, sus labios contra los míos para sellar una vez más lo que sentía por mí. Sus ojos se cierran suavemente, sus labios se entreabrieron y comenzó a cantar sobre su historia, sobre la historia de todos. Yo, a la vez, cantaba en casi un susurro, intentando escuchar su voz a pesar del canto de decenas de miles de personas que se encontraban acompañándome en este momento.
Sus ojos se abren una vez más, sus labios dibujan una sonrisa al escuchar al público cantando, su mirada contempla a cada uno de los espectadores, busca encontrar a cada voz. Entonces se detiene en cuanto me ve. Siento sus ojos color avellana sobre mí, sus labios se detienen. Todo se detiene. Lo miro, sin parpadear en un solo momento. La electricidad que siempre había sentido cuando él me miraba, vuelve a recorrer mi cuerpo, las imágenes de él, como cuando nos conocimos.

Demolition Lovers (Gerard Way y tú) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora