CAPÍTULO 1
Alejandra
Un incesante pitido a primera hora de la mañana del lunes, me avisa que es hora de despertar. Estirando el brazo hasta alcanzar y parar el despertador, giro y veo que son las siete y veinticinco de la mañana. Después de una noche entera de sueño profundo, me despierto cansada y con los músculos tensos y doloridos, así que decido estirarme un poco para liberar la tensión. Esto lleva pasándome un par de semanas, despertar así de adolorida, lo cual es extraño, ya que me acuesto lo bastante temprano como para despertar descansada. Tras un momento tumbada en la cama mirando el techo de mi habitación, decido levantarme.
Uf
No quiero ir a Física con el estricto profesor Matthew, el cual, no deja entrar a nadie a clase, una vez que él está dentro, pero justo después, tendría el largo examen de Historia para el que he estudiado tanto, en fin, un día lleno de diversión supongo.
Viendo que no queda otra que ir a clase, giro hacia el tocador que tengo frente a mi cama y me miro al espejo, pensando en lo que haría conmigo y las horribles sombras negras que habían aparecido bajo mis ojos. De modo que me esfuerzo en parecer descansada sin utilizar demasiado maquillaje, cosa que apenas logro. Echando un último vistazo a mi reflejo, una vez vestida con una camiseta roja que me caía por el hombro, unos vaqueros, botas negras y el pelo recogido en una cola alta, dejando ver así mis ojos marrones, pienso "así estoy bien".
No convencida del todo, pero viendo la hora que es y que llegaría tarde si no salía ya, me rindo y decido marcharme. Cojo un zumo y unas galletas saladas para comer durante los talleres de la tarde, y salgo de casa dirección al instituto, tras despedirme de mamá.
El Instituto no es demasiado grande pero tampoco pequeño precisamente, para el pequeño pueblo en el que está situado, quiero decir. Sólo es un edificio, pero tiene mucho terreno, en el cual hay cuatro pistas deportivas, además de aparcamiento tanto para profesorado como para alumnado. Dicho edificio tiene tres plantas, en la planta baja se encuentran algunas clases además de las distintas oficinas y el comedor.
Nada más entrar hay un gran Hall y al fondo de este, se encuentran las escaleras que llevan a la segunda planta, en donde se encuentran las demás aulas. Subiéndolas, rápidamente llego a la mía.
Nada más entrar al aula lo veo, ahí, sentado en mi sitio, es un desconocido, pero no es por eso que me fijo en él.Quizá es porque el chico parece brillar, destacar de los demás estudiantes, de hecho, todo alrededor parece palidecer en comparación, no estoy segura del motivo, pero lo cierto es que todo lo que veo es a él.
Un chico de pelo negro y ojos verdes tan intensos que parece que viesen dentro de mí, son de un verde oscuro brillante, con pómulos altos y mandíbula bien definida recalcando unos labios carnosos. Lleva una camiseta negra y una cazadora de cuero del mismo color, ajustada y con las mangas remangadas hasta sus codos. Algo ahí llama de pronto mi atención y me doy cuenta de que, por su antebrazo izquierdo, asoma una sombra negra, tal vez una raíz o un tatuaje tribal, pero definitivamente pega con lo que veo de él.
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El amor de la luna #wattys2020
WerewolfBanner realizado por: @ewonderland Alejandra Harris una chica de 16 años con todo organizado y estable y sobre todo con sentido, hasta que llegó Ian, el chico más inquietante y sexy que había visto en su vida. Ian Evans, el chico nuevo, encantador...