Capitulo 7 (editado)

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CAPÍTULO 7

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CAPÍTULO 7




Alejandra


- Alejandra, tranquila estás bien.

Mmm esa voz... es el entrenador Ross. No sé lo que me ocurre, no puedo hablar y tengo el cuerpo entumecido... ¿qué pasa?, ¿dónde estoy?

"No la toques"

¿Esa voz? Ian, ¿qué hace aquí? Su voz se oye distinta, enfadada.

Grrr. Un momento, ¿ese sonido?, un gruñido, ¿hay un animal? Quiero levantarme ¡Que alguien me ayude!

"Aquí había alguien"

oigo al entrenador Ross decirle a Ian, como de fondo, cada vez me estaba costando más trabajo oírles, hablaban en susurros y logro pillar pequeños fragmentos incomprensibles de una conversación que al parecer ellos no querían que escuchara.

¿Alguien? ¿De qué están hablando? Solo estoy yo, por favor no puedo moverme.

"Solo eres un cachorro"

Oigo cómo le recrimina el entrenador a Ian. No entiendo lo que está pasando, una parte de mi cerebro, la que intenta unir los escasos datos recibidos y ponerlos en orden me dice que será la típica frase paternal de "ya crecerás", pero otra parte de mí, la que ha hecho que se tensara todo mi cuerpo, opinaba algo muy distinto, algo que me confunde aún más. ¿Cachorro, no chico?

Logro moverme, poniendo fin a la extraña conversación que mantenía Ian con el profesor, pero al menos estoy de pie. En cuanto intento dar un paso, tengo a Ian a mi lado, apoyándome en su cálido costado y rodeándome con su brazo justo antes de caerme.

Mmh se siente tan bien...

- Mmm, solo me quiero levantar-, logro decir con una leve voz que no reconocía como mía.

- Alejandra, no te incorpores tan rápido, tranquila no hay prisa-, me dice el entrenador preocupado-. Voy a llamar a tu casa para informar y te llevaré para que descanses...

- No -, le corta Ian - la llevaré yo a casa, no es bueno que se quede aquí más tiempo.

Miro a Ian sin comprender a qué se refería, solo me había desmayado, al parecer, pero lo que ha dicho parece convencer al profesor Ross y su expresión se relaja un poco.

- Está bien, llévala a casa. Avisaré a tu madre -, termina dirigiéndose a mí.

En ese mismo momento, veo como un corrillo de alumnos se acerca a contemplar, el que hasta ahora, era el momento más vergonzoso para mí. Por suerte el profesor se da cuenta y los hace retroceder.

- Chicos, no pasa nada. Volved a clase, dejaremos la práctica para más adelante.

- ¿No te cansas de ser siempre el ombligo del mundo?, Oh la pobre Alejandra... -, dice una voz aguda detrás de mí, no hacía falta que me girase para saber quién había dicho eso, sé perfectamente que ha sido Noah, pero aun así me giro, quiero dar la cara, estoy harta de esta chica.

El amor de la luna #wattys2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora