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Y nuestra vida se llenó de cambios de todo tipo, y de felicidad y de recuerdos inolvidables.

Jimin montó un pequeño negocio que más tarde se convirtió en una pequeña cadena. Al parecer, llevaba el éxito en lo que hacía en su sangre.

Yo, tras varios años como profesor particular, decidí presentarme a la plaza de profesor fijo en un instituto cerca de nuestra casa, y me aceptaron  de buena gana. A los alumnos les divertía y gustaba mi forma de hablar danés, el cual tardé unos 4 años en poder hablar de manera fluída, gracias a un esfuerzo diario constante, y de vez en cuando les enseñaba frases y palabras en coreano, pues les parecía muy original y entretenido.

Mi madre murió 6 años después de que yo desapareciese de Corea, y sólo esa vez fui de incógnito a mi país, a su entierro. Mi padre estaba muy triste conmigo, no enfadado, sino triste, pues su mujer  y él habían pasado los últimos años sin apenas noticias sobre mi vida. Tras el funeral, no volví a hablar o ver a mi padre, hasta que él también murió por depresión 4 años después.

Ahora yo tenía 33 años  y Jimin 35. Nos habíamos casado el verano de sus 30, en una playa de la costa danesa, con muy pocos invitados, tan sólo unos buenos amigos que habíamos hecho, y que queríamos y apreciábamos con todo nuestro corazón.

Jimin me llevó de luna de miel por toda Europa, fueron 3 meses increíbles, de un país a otro, conociendo y disfrutando de tan diversas culturas y tradiciones.

Su padre había estado sin hablarle por 2 años, pero finalmente comprendió y aceptó, que el dinero, no necesariente dá la felicidad, y que Jimin lo único que quería, era ser feliz a mi lado por el resto de la vida, incluso si se volviese pobre.

La gente en Dinamarca era realmente sociable y agradable, y muchos de nuestros amigos y amigas, que a lo largo de nuestra amistad tuvieron hijos, nos preguntaron cuando nos íbamos a decidir a poner más felicidad aún en nuestras vidas, cuando íbamos a adoptar a un niño o niña.

Jimin y yo nunca habíamos hablado del tema, ahora eramos adultos, jóvenes pero adultos, y estábamos más que capacitados y teníamos la economía necesaria para ser padres.

Y puede que sí, que hubiésemos sido más felices aún quizás, pero realmente, nosotros mismos éramos todo lo que necesitábamos.
Nuestro amor, al contrario de muchas otras parejas, crecía cada año más, cada vez estábamos más enamorados el uno del otro. Obviamente habíamos discutido en más de una ocasión, y habíamos tenido nuestros momentos en los que el hilo de nuestra relación se había vuelto fino, pero esos momentos solo nos hicieron ser más fuertes aún cuando lo arreglábamos.

-¿Quieres volver? ¿Quieres que hagamos una visita? Podrías ir al cementerio si quieres y yo podría hablar en persona con mis padres, hace demasiados años que no nos vemos. -Jimin me rodeaba con uno de sus brazos, bajo las sábanas de nuestra cama.

-¿A Corea? -apoyé mi cabeza en su pecho- No lo sé...¿no podrían venir tus padres aquí? Nunca han venido a Dinamarca, quizás les guste.

-¿Y qué pasa si les gusta demasiado y deciden quedarse aquí a vivir, eh? Verías a tus suegros a diario, genial ¿no?

Jimin comenzó a hacerme cosquillas mientras hablaba y yo comencé a reir.

-Bueno, entonces iremos nosotros allí.

Jimin besó mi nariz y volvió a abrazarme.

-¿Has vuelto a pensar en lo de adoptar?

Restregué mis labios sobre su cuello.

-¿Debería?

Jimin acarició mi pelo.

-No sé...últimamente he estado pensando en cuando seamos unos viejitos y no podamos follar como conejitos...

-Jimin! -dije riendo- ¿Cuando no podamos? No podrás tú, viejo de mierda!

Jimin me castigó mordiendo mis labios con cariño sin previo aviso.

-Ahora en serio, ¿quien nos cuidará cuando seamos ancianos?

Me puse serio yo tambien.

-No quieres ir a Corea para hablar con tu padre, ¿verdad?

Jimin suspiró.

-Hay una agencia en Seúl, la única en la que permiten adopción para parejas homosexuales. Quizás podríamos ir y que nos orientasen un poco, o no sé...quizás hablar con lás parejas en nuestra situación o que ya hayan pasado por ella, ¿qué te parece?

Mordí mi labio inferior.

-Supongo que tienes algo de razón, pero no...no me veo preparado para ser padre, aún somos muy jóvenes.

-Lo sé, lo sé, pero los trámites de la adopción duran años, y si los comenzamos cuando nos sintamos preparados, quizás seamos demasiado  unos papás demasiado mayores.

Asentí levemente con mi cabeza y me enrosqué a su cuerpo.

-¿Serás una buena mamá?

Jimin enarcó una ceja y me miró.

-¿Perdón?

Reí.

-Tú, serás la mamá.

-Seré la mamá cuando seas tú quien me la meta por detrás.

Solté una carcajada.

-¿Quieres probar? -dije riendo.

-Ni lo sueñes.

-Cobarde. -dije intentando enfadarle.

-Sí, lo soy, un auténtico cobarde, y muy orgulloso de ello.

Le besé en la boca brevemente.

-Serás un papi genial, siempre lo has sido.

Dije comenzando a tocarle bajo la camisa. Jimin sonrió y cambió su posición para ponerse sobre mi.

-Tú serás una buena mamá para nuestro hijo, pero tú siempre serás mi bebé.

Jimin comenzó a desabotonar mi camisa y mi pantalón y yo amplié mi sonrisa

-Estoy seguro de ello, papi.

****

Jimin la mete.

#JikookRules.

Pricey《Jikook Lime》#KpopAwards2017Donde viven las historias. Descúbrelo ahora