Drogas espaciales.

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Me gustaba verlo por las noches, la sensación de calma era preciosa cuando colocaba su cabeza sobre mi hombro, contándome sus aventuras y perdiciones.
Me contaba como espulgaba un cachito de los anillos de un planeta a mil galaxias de aquí.
También me explicó con detalles como sacaba su tarjeta para el transporte subespacial y molía polvo de estrellas para después esnifarlo con alegría.
Ahora sabe cómo cortar piedras Lunares, y dice que es cierto que la Luna es de queso.
Recorta cachitos de la tela que viene en su traje espacial para mojarlo con un líquido que se encontró por los alrededores de Marte, un tanto apestoso pero vale la pena.
Mis favoritos eran los guijarros que tomaba de Plutón, eran blancos y te hacían dormir tranquilamente mientras atravesabas dos o tres galaxias, créeme, no te percatabas de que se te agotaba el oxígeno.
Llego a ser encargado de empaquetar .15 g de ralladura de una súper nova, el dice que cuesta más porque es un material difícil de recolectar.
Mientras caminábamos por calles oscuras, me contaba muchas historias de sus viajes al espacio, de cómo había sido reconocido en la base Lunar por tener presencia, y yo mejor que nadie lo sabía.
Al regresar a casa prendíamos un tabaco mientras me explicaba:
-Así como todos los planetas tienen sus tesoros, este es el de la Tierra, es por eso que no está prohibido. A la gente le da miedo lo que no conoce, por eso mismo lo esconden.
Tenía sentido para mí.
Nos metimos en mi cuarto, nos acostamos bajo la cobija, se recostó sobre mi hombro y dijo:
-Ojalá tú nunca salgas de tu planeta; lo qué hay afuera es tan hermoso que vas a empezar a odiar lo que conociste aquí dentro.

-Dedicado para mi mejor amigo, Cris.
Sigue explorando galaxias por mi, te amo.

Frases de mil insomnios.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora