Hacer las pases

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Itachi estaba en el centro comercial con Kisame, después de cuatro días de exámenes ambos necesitaban relajarse, en especial Itachi y es que los exámenes no son un problema para él, de hecho ni se preocupa por estudiar, una repasada es todo lo que necesita, su verdadero problema sigue siendo Deidara, nunca había conocido a una persona tan exagerada como ese rubio.

—Kisame, ¿qué es lo que tú más odias de una persona? —preguntó el moreno.

—Mmm que sea creído.

—A mí siempre me dices que soy creído.

—Pero tú eres adorable—dijo Kisame con duda.

—Idiota, en fin, yo odio a las personas exageradas ¿sabes? Pero más odio no poder superar mi frustración hacia ese maldito niñato.

— ¿Hablas de Deidara? Por favor Itachi, tarde o temprano iba a aparecer alguien a quien le cayeras mal.

—Pero no por una estupidez.

—Bueno, tal vez el chico sea muy sensible o su amor por su arte es tan fuerte que no soporta que alguien lo desprecie.

—Pero yo no lo desprecié sólo confundí las figuras.

—En ese caso, vive el resto de tu vida con un chiquillo odiándote—dijo el azulado riendo.

—No sirves para consolar—dijo el Uchiha resignado, ni siquiera sabía por qué le pedía consejos a Kisame sabiendo que el muy tarado no sirve para nada, enserio.

—Tengo hambre, ¿qué tal si vamos a comer algo?

—No confío en la comida de aquí.

—No seas delicado Itachi.

—De acuerdo.

Ambos fueron a un pequeñito restaurante, Itachi buscaba por todos los medios distraerse, incluso había salido con chicas, cosa que nunca antes había echo excepto con su amiga Konan, pero a ella le gusta su amigo Yahiko así que no vale, pero ni siquiera eso lo distrajo para superar lo de ese maldito rubio, ni siquiera lo conoce bien, ¿por qué le tiene que frustrar tanto?

—Em....oye amigo—habló Kisame con voz nerviosa.

— ¿Qué sucede? —preguntó el moreno.

—Creo que seguirás sin descansar un poquito de Deidara.

— ¿Por qué lo dices?

—Mira—apuntó el azulado hacia una mesita.

—No puede ser—dijo Itachi.

En una esquina estaban Deidara y Sasori, cada uno comía lo suyo, Deidara una kasutera y Sasori un short cake, el pelirrojo sintió una mirada y comenzó a mirar a todas partes para ver si había alguien mirándolos, y así fue, vio a Itachi y a Kisame, no sabía si decirle a Deidara, para él no había ningún problema, no tenía nada en contra del Uchiha, pero era obvio que para Deidara sí había un problema, no sabía si decirle o no, quería evitarse problemas.

—Deidara ¿y si nos vamos a casa después de comer? —propuso Sasori, salir de ese lugar era lo mejor.

— ¡Para nada Sasori! —al parecer el rubio es un necio—quiero ver el museo de arcillas que está en el tercer piso, es mi más grande inspiración, hm.

—Pero de esos museos hay muchos.

—Este es especial.

Sasori sólo suspiró, sólo esperaba que Deidara no volteara.

Kisame estaba en las mismas, se veía a un Itachi frunciendo el ceño, como deseando ir a propinarle un buen golpe al rubio que estaba comiendo tranquilamente con su amigo.

¿Cómo me enamoré de ti?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora