¿Cómo me enamoré de ti?

Quiero pasar más tiempo contigo

—Perdón Sasuke yo...tengo que contestar.

—Claro...no hay problema.

Naruto de mala gana fue a la cocina a contestar su celular, por otro lado Sasuke se tocaba la frente intentando tranquilizarse, con un carajo, ¿de nuevo tuvieron ese acercamiento? ¿Por qué permite tales cosas? ¡Mierda!

— ¿Diga?

—H-Hola Naruto, ¿todo bien?

—Oh...si todo bien no te preocupes Hinata.

— ¿No molesto?

—Eh...no claro que no, lamento en tardar en contestarte.

—No te preocupes Naruto, sólo quería saludarte, te escuché muy apresurado cuando hablamos hace rato y estuve preocupada.

—Gracias por preocuparte Hinata eres muy amable, pero este asunto personal ya se va arreglando, tú tranquila.

—Me alegra escuchar eso Naruto.

—Bueno yo...tengo que colgar, me están llamando Hinata lo siento.

—N-No te preocupes Naruto yo lo entiendo, cuídate mucho.

—Gracias Hinata igualmente—y sin más el rubio colgó.

Se recargó en la pared de la cocina intentando respirar con normalidad, su corazón aún latía con rapidez, él estaba consciente de que no era la primera vez que tenía esos...ejem..."acercamientos" con Sasuke, pero entonces ¿por qué seguía afectándole tanto? O más aún... ¿por qué se tenía que perder en esos ojos negros tan llenos de misterio? Sí, misterio, esos ojos escondían algo, podía sentirlo con sólo verlo.

— ¿Qué rayos está pasándome? ¿Por qué no me siento así con Hinata?—susurró en medio de la frustración.

Sayuri estaba en el centro comercial fotografiando a una modelo para su próxima figura de cera.

—Levanta un poco más la barbilla por favor.

La modelo obedeció.

—Es una modelo muy hermosa, ¿podrás con todo eso?—preguntó Vanessa, la mejor amiga de Sayuri.

—Ella representará todo un reto, si puedo crear una figura de ella, podré con lo que sea.

—Pero la has visto ¿no? No le encuentro ninguna imperfección a esta chica.

—Lo encontraré, detrás de tanta belleza algo debe de ocultar.

—Mmm, prefiero la pintura, igual puede perturbar, por cierto, ¿cuándo fue la última vez que viste a Itachi?

—Hace tres semanas.

— ¿Y por qué no lo has ido a buscar?

Sayuri detuvo su trabajo por un momento, mirando de manera dudosa a su amiga.

—Me sentí...extraña cuando lo vi, pero más extraña me sentí cuando vi a su amigo.

— ¿Al tal Kisame que me contaste?

—No ese no, sino a su amigo Deidara.

— ¿Qué tiene de especial?—preguntó Vanessa mientras le daba un mordisco a su bizcocho relleno de crema de plátano.

—Es lo mismo que yo me pregunto, sentí...algo fuerte cuando lo vi.

— ¿No será que...?

— ¡Imposible!—interrumpió Sayuri con rudeza—ni siquiera lo conozco, sólo sé su nombre.