Corazón suicida

Susurro

Otra noche en la que pienso en ti.

Sin duda, dejaste marca en mi.

No me arrepiento de haberte dejado atrás, de verdad.

Pero siguen torturándome esas malditas promesas que grabaste a fuego en mi cabeza.

Hay veces, que no puedo evitar sentirme culpable.

Ya no hay lagrimas.

Pero duele saber lo feliz que fui contigo, y lo mal que lo aprovechamos.

Tu por no valorarme, y yo por no saber amar.

Joder, que el amor no tiene reglas, cierto, pero eso no significaba que me trataras como un objeto.

Eso no significaba que me subieras a las nubes y me dejaras caer.

El golpe fue demasiado fuerte, ¿sabes?

Pensaba que me cuidarías y fuiste un puto veneno.

Todas las malditas noches te susurraba para que recordaras la razón por la que nos amábamos.

Para que nada de esto pasara.

Y pasó.

Por que pasaste de ser la razón por la que me levantaba, a ser la única razón por la que temía salir de casa.

No te diste cuenta de que me hacías daño.

O si.

No lo se, la verdad.

Pero dolía.

Todas esas malditas cartas que te escribía y que nunca leíste, rogándote que por favor, me amaras como hiciste el primer día.

Cuando intentabas conquistarme cada día un poco mas.

Cuando me despertaba con un "buenos días amor".

Cuando  eramos uno solo.

Te quería joder, ¿sabes que es eso?

Pocas veces he querido así.

Fuiste el primero al que amé hasta tal punto.

Nunca había llegado tan lejos.

Pero jugaste conmigo.

Sabes...

Nunca debí conocerte.

Nunca debí volver arrastrándome a tu lado.

No estoy dispuesta a seguir pensando en lo que fuimos, por que eso está enterrado junto con tu número.

Ya he quemado esas cartas que solo tienen palabras vacías, mentiras.

¿Me ibas a proteger? ¿Si? ¿De que? ¿De quien? 

Tenias que protegerme de ti. 

Tu eras el único que me hacia daño.

El único que me hacia llorar y tener heridas en mi cuerpo.

Todo culpa tuya.

Te odio.

Igual que te quise.

Y más.