-Oye, ¿por qué estás haciendo eso?- preguntó un alterado Adrien al ver como su amiga de la infancia colocaba goma de mascar en el asiento próximo al suyo.
-Las chicas que se sentaron aquí ayer necesitan un pequeño ajuste de actitud.- explicó Clhoe con arrogancia.- Exijo un poco de respeto. Eso es todo.
-¿Y es realmente necesario?- dijo el rubio acercándose para intentar remover la sustancia.
-Tienes tanto que aprender sobre la cultura de la escuela, Adri-coo. Aprende de la maestra.- concluyó la hija del alcalde tomado su asiento con aires de superioridad.
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-Alya, ¿te gustaría ser una super heroína e ir a pelear contra monstruos y villanos?- preguntó Marinette a su nueva mejor amiga intentando sonar lo más hipotética posible.
-¡Completamente! No le tengo miedo a nadie.- afirmó Alya con determinación.- ¿Por qué?
-Ah... Por nada.- respondió su compañera desviando la mirada. Acto seguido metió su mano en su cartera, sacó la pequeña caja en la que yacían los miraculous de Ladybug y la colocó con disimulo en la mochila de su amiga.
Mas no tuvo mucho tiempo para sentirse mal por el hecho, pues apenas las dos pusieron un pie en el salón de clases, pudieron ver claramente como un completo desconocido parecía trucar su asiento.
-¡Oye! ¿Qué estás haciendo?- preguntó una furiosa Marinette acercándose al chico. Este volteó rápidamente.
-Ah... Eh... Yo...- mientras el pobre Adrien intentaba buscar palabras para justificar su acción, Chloe y Sabrina fueron escuchadas reírse en el asiento superior, dándole a Marinette una errónea idea de lo que sucedía.
-Ya entendí. Buen trabajo los tres. Muy graciosos.- dijo con seriedad.
-No, no. De verdad. Estaba tratando de quitarlo.- se defendió el rubio mientras se ponía de pie.
-¿En serio?- preguntó la muchacha con un tono amenazador acercándose a la altura del sospechoso para enfatizar su punto. Pero en el momento en el que pudo verle de cerca, su expresión se relajó y fue convertida en una de sorpresa. Lo mismo para él.
Esos ojos azules... Esos mechones rubios... Ambos chicos se quedaron estáticos y sus cuerpos rígidos al reconocer frente a sí a nada más y nada menos que a la enmascarada compañía con la que se habían encontrado tan solo ayer.
Adrien dio un paso adelante con un mirada aún firmemente conectada a la de ella.
-¿Marinette...?- dijo en voz baja. Ella empalideció en un instante. Sí, era él.
-Tú...- respondió casi sin respirar. En un intento por calmarse, sacudió su cabeza rápidamente y dirigió su atención al asiento arruinado mientras retiraba su mochila de sus hombros.
Entre las risas de las verdaderas responsables, intentó retirar con sus propias manos la broma pesada. Pero al darse cuenta de que esto era inútil, se resignó a colocar un pañuelo sobre esta.
-Eres amigo de Chloe, ¿verdad?- preguntó con desdén al voltear a ver al chico.
-¿Por qué todos me dicen eso?- respondió este en voz baja. Marinette se levantó y dejó salir un sonido de molestia antes de tomar su asiento. Adrien hizo lo mismo, resignándose al hecho de que no había explicación que hiciera cambiar de opinión a la chica.
-¿Ahora entiendes a que me referían con respeto?- preguntó Chloe con orgullo. El rubio suspiró ante la preocupada mirara de su compañero de escritorio.
Es él sin duda.- dijo Marinette para sí misma con la mirada fija en el susodicho.- Pero, ¿por qué siento que además lo he visto incluso antes en alguna otra parte?- Al momento Alya le enseñó el resultado de la búsqueda en su celular. Ella miró la pantalla sorprendida.- ¡No puede ser! También es hijo de mi diseñador favorito: Gabriel Agreste.
-¿También?- preguntó su amiga sin saber a lo que se refería.
-Eh, lo que quiero decir es... Es una molestia y TAMBIÉN es hijo de mi diseñador favorito.- intentó explicar Marinette su descuido.
-¿Hijo de papi, súper modelo adolescente y amigo de Chloe? ¡Já! Olvídalo.- aconsejó la pelirroja.
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-¿Por qué no le dijiste que fue idea de Chloe?- peguntó Nino al decaído chico.
-Conozco a Chloe desde que era niño. Sé que no es perfecta, pero... no puedo ignorarla. Es mi única amiga.- respondió Adrien cabizbajo. Entonces el chico moreno sonrió y extendió su mano.
-Me llamo Nino y es hora de que hagas nuevos amigos, viejo.- dijo con entusiasmo. El rubio sonrió y aceptó su saludo, iniciando una nueva amistad.
Y esto, niños, es lo que hubiera pasado si nuestros amadísimos protagonistas NO HUBIERAN SIDO TAN CEGATONES!!!! Espero que les guste <3
Inspiración ven a mí. ¿Alguien me sugiere un nuevo fandom?
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¿Te he visto antes?
FanficUn giro distinto a la historia que todos conocemos del dúo heroico de París. Su más grande dilema es que uno desconoce la identidad secreta del otro. Pero, ¿y si la hubieran sabido desde el primer momento?