-¡Ustedes dos son tal para cual! Ninguno de los dos llega a tiempo a la escuela.- reprochó Alya. Marinette rió apenada. Oh, si tan sólo supiera...- Y ya que faltó a clase de química, sería muy tierno que una chica le prestara sus notas y se ponga al corriente.
La muchacha de cabello oscuro balbuceó un par de cosas, pero de hecho era una buena excusa para acercarse a él. De paso también podría preguntarle qué debería hacer con su enferma kwami. Quizás él tendría una idea.
-¡Achú!- Desde su cartera, la criaturita dejó salir un estornudo. Alya miró confundida a su amiga, quien hizo pasar el ruido por suyo.
-¡Achú! Eh, creo que voy a enfermarme. Será mejor que me vaya...- se excusó mientras se alejaba de ahí.
-No me siento muy bien...- balbuceó Tikki cuando Marinette la chequeó para preguntarle por su estado.
-No te preocupes. Quizás Adrien sabe de algo que podamos hacer mientras te llevo con el curandero...- respondió la muchacha, antes de tropezar con una mochila frente a ella que por distraída no logró ver. Estovo a punto de recibir un feo golpe escaleras abajo, de no ser por que alguien abajo intervino al colocarse frente a ella.
-¿Estás bien, mi lady? ¿No te lastimaste?- preguntó Adrien con su mirada fija en la de ella. Marientte, perdida en esos ojos verdes, olvidó por completo la razón por la que se le había acercado.
-Eh, sí. Estoy bien...- aseguró incorporándose. Con una sonrisa boba lo vio alejarse, antes de darse cuenta de que su kwami ya no estaba.
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-¿Hola?- dijo Adrien del otro lado de la línea.
-Adrien, soy Marinette.- dijo la chica mientras caminaba lo más rápido posible.- Escucha, creo que tengo un problema.
-¿Qué sucede? ¿Te pasó algo? ¿Hay un akuma?
-Me temo que si la hubiera, yo podría ayudarte con eso. Yo... perdí a Tikki...
-¡¿Qué?!- exclamó el chico horrorizado.- ¿Cómo pierdes a un kwami?
-Es una larga historia. Ella... estaba enferma. Iba a llevarla con un médico de kwamis, que ni siquiera sabía que existía, pero entonces tú... y, y, y me caí por la escalera... y Chloe, ella... ¿Tikki realmente parece un juguete? No lo sé... Yo, ella se la llevó y yo...
-Hey, hey. Tranquila.- le intentó detener él de sus balbuceos.- Te escuchas agitada. ¿Dónde estás?
-Voy del camino al Grand París. Tengo que intentar recuperar a Tikki.
-Bien, voy para allá. Tal vez pueda convencer a Chloe de que me la entregue sin arriesgar a qué se entere de lo que es en realidad.- propuso. Marinette suspiró aliviada.
-Te veré ahí entonces.
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-Ay, Tikki.- dijo con alivio la muchacha al reunirse finalmente con su kwami.- Estaba preocupada.
-¿Marinette?
-Estás peor de lo que pensé. ¡Necesitas ayuda!- exclamó al tomarla en sus manos.
-No hay tiempo. Tiene a Adrien, no hay nadie que pueda detenerla a parte de ti ahora. Tienes que transformarte. Estaré bien...- aseguró entre escalofríos la criaturita.
-No, Tikki. No cometeré el mismo error. Tenemos que llevarte al doctor ahora.
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-Entonces caí bajo el hechizo de un akuma... otra vez...- dijo Adrien con desánimo sentado a un lado de su compañera en una banqueta.
-Sip.- respondió ella acariciando a una ahora renovada Tikki.
-E intenté atacarte.
-Sip.
-Y canté...
-Bastante terrible, debo admitir.- rió ella.- Pero, sip.
-Este es el peor día de mi vida.- gruñó el rubio cubriendo su rostro.- Al menos Tikki está bien ahora. ¿A dónde dices que la llevaste?
-Era una especie de sanador.- explicó Marinette.- Pero no puedo sacarme de la cabeza que ya lo había visto antes.
-¿Crees que sepa en realidad qué son los kwamis?
-No lo sé...
Personalmente este es de mis episodios menos favoritos, si no es el que más me aburre. Pero si no salía de este ahora, nunca lo iba a hacer.
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¿Te he visto antes?
Fiksi PenggemarUn giro distinto a la historia que todos conocemos del dúo heroico de París. Su más grande dilema es que uno desconoce la identidad secreta del otro. Pero, ¿y si la hubieran sabido desde el primer momento?