06🍁

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-Soy un Íncubo.- LuHan aumentó la fuerza de su agarre y no resistió a pasar suavemente su lengua por el cuello blanco del niño, sintió al otro sollozar.

El pequeño tenía pequeñas lágrimas en los ojos, tenía pánico, ya no tanto del espectro si no de la situación, no le gustaba sentir las manos frías de LuHan sujetando su cintura.

-¿Q-qué haces?- preguntó MinSeok secando pequeñas lágrimas que querían escapar de sus ojos.

LuHan no dejaba de sonreír, empujaba a MinSeok ligeramente hacía abajo.- No tengas miedo...-

No tenía ni la menor idea de lo que estaba pasando, su carita se veía confundida, y eso al demonio frente a él le fascinaba, nunca se había topado con alguien como él, tan pequeñito y puro. A LuHan le gustaba corromper a las personas puras, pero nunca sintió tantas ganas como con ese niño.
Se mordió los labios impaciente.-¿Sabes lo que hacen los Íncubos?- susurró.- Nosotros jugamos con niños lindos como tú.-

A MinSeok se le escapó otra lagrimita rebelde, trató de ponerse de pie pero las manos de LuHan lo volvieron a empujar hacía abajo. Se sintió avergonzado cuando un diminuto gemido salió de sus labios. Pero LuHan rió, y obligó al pequeño a mover las caderas sobre él.

-N-no quiero... P-por favor para...- gimió.-LuHan...-

LuHan suspiró, le gustaba tanto escuchar su voz, lo tomó de la nuca ignorando todas su quejas, le regaló un suave beso, que fue subiendo su intensidad hasta pasar a ser uno demasiado apasionado, LuHan tenía al control, MinSeok sólo se quedaba quieto y lo recibía, sintiendo descargas eléctricas por todo su cuerpo.

Había tratado de controlarse precisamente porque MinSeok era un niño, pero no podía con su propia naturaleza.

MinSeok trató de escapar, pero por mucho que lo hizo LuHan era más fuerte, finalmente decidió quedarse quieto sobre el regazo del Íncubo.

Él mayor de ambos no desaprovechó la oportunidad, y empezó a besar el cuello de su presa, tan suave que se perdió por un momento entre su piel y su tenue perfume infantil. MinSeok tenía mucha fuerza de voluntad, pero ya no sentía molestia con los besos de LuHan, si no una ligera impresión de quemadura sobre su cuello, después una sensación agradable, arqueaba la espalda levemente con cada beso dándole a LuHan más consentimiento para seguir con su juego.

Las pequeñas lagrimitas seguían resbalando por sus mejillas, pero eran porque era la única forma que MinSeok tenía para dejar escapar todas esas sensaciones acumuladas en ese momento.

-Lu...- gimió al sentir una pequeña mordida en su clavícula, a LuHan le gustaba ver las lagrimitas de placer en sus ojos, y sus labios de niño presionados con fuerza tratando de ahogar gemidos.

Se detuvo, de un momento a otro detuvo sus besos y dejó a MinSeok secar sus lágrimas, mientras él acariciaba su piel bajo la camiseta que traía.

-T-te odio...- susurró entre sollozos.

LuHan se mordió el labio, haciendo uso de todo su autocontrol.

-MinSeok...-

El pequeño lo miro interrogante, con un pequeño puchero.

-Bésame.- ordenó LuHan.

Esto lo puso sumamente nervioso, porque el no sabía besar, además no quería hacerlo porque le daba mucho miedo.

-Pero...-

-Bésame, ahora.- LuHan lo atrajo más cerca de él y metió una mano en su pantalón de pijama para acariciar sus muslos.

MinSeok gimió y sujeto los hombros del íncubo.- Y-ya para...-

LuHan rió y lamios los labios de MinSeok.- No hasta que me beses.-

Sin tener más opción, el niño se acercó a sus labios, enredó los brazos alrededor de su cuello y empezó a besarlo, lenta y torpemente, tratando de introducir su lengua en la boca del mayor sin ningún éxito.

LuHan reía por el beso tan inexperto, mientras su pequeña presa trataba de profundizar el contacto, él lo hacía mover las caderas sobre su regazo. El íncubo volvió a tomar el control del beso, fue más suave de lo normal, era como una lección para enseñarle al pequeño como tenía que hacerlo.

De pronto se escucharon unos pasos en el pasillo, MinSeok sintió un mareo y un miedo gigante porque Junmyeon había vuelto a la casa. Sintió vergüenza.

Entonces se encendieron las luces de la habitación de su hermano, después las luces del pasillo y por último las luces de su propia habitación. MinSeok se despertó de golpe, en su litera, con la respiración agitada y las mejillas teñidas de rojo. Parecía como si nunca hubiese estado LuHan ahí pero MinSeok sabía que todo fue real.

— ¿Minnie, aún estás despierto?— cuestionó Junmyeon con una endeble sonrisa.

—L-lo siento Junnie.— Contestó confundido y taciturno.

Junmyeon le sonrió.— Duerme que ya es tarde, los niños como tu no deben quedarse despiertos hasta estás horas...—

MinSeok se sintió culpable, creo que ya había hecho bastantes cosas que los niños como el no deberían hacer.

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Acompañame a ver la triste historia de las personas que pensaron que yo de verdad escribiría lemon xd.

Gracias por leer ^^

Íncubo (XiuHan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora