Un escrito más

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Hice el daño que fue necesario para mi en ese entonces, pero jamás podré olvidar a quienes le hice sufrir. No importa cuánto sufro en pensar en el pasado, el masoquismo de recordar lo que duele perder, para mí no es difícil pensar en esa herida, la conciencia sólo quiere recordar lo difícil de olvidar. Escuchar el silencio que muerde el dolor de esa herida, es suficiente para mi saber que debo todo y no tengo nada para compensar, además de estar solo, sólo tengo recuerdos que pesen. Sé muy bien lo que me espera, estoy preparado para recibirlo. Todo en esta vida se paga, y yo debo mucho. Y pensar que todo comienza con un "adiós", comienza, no termina. Porque en la despedida es donde comienzan los recuerdos y se abren las heridas. Se termina pagando cada palabra, cada recuerdo, cada dolor, herida y sufrimiento
que será entregado en el fondo del alma, para ser llenada hasta hacer de ella, un vagabundo sin remedio.

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