Mis alas

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Nunca me enseñaron a cocer, pero poco a poco he aprendido yo mismo a cocer estas alas que no siempre han estado volando, pues de esto se trata la vida, en un momento puedes estar volando y ser amigo del fuerte viento, y en otras tus alas no esperaban aquella baja. Ya perdí la sensibilidad, me he vuelto un poco más fuerte y no pienso estar en el suelo, mis alas podrán estar rotas pero yo aprendí a cocerlas con hilos de amor que mi alma ha engendrado en el cielo de mis sueños.

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