Una historia de misterios.

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Alejandro vivía en una casa de madera muy cerca del bosque, desde pequeño su padre solía enseñarle aquellos trucos para defenderse en la vida. Sus amigos vivían no muy lejos de él. Mientras sus amigos perdían el tiempo haciendo otras cosas, él aprendía con su padre, aunque no disfrutaba mucho de la compañía de su padre, él hacía lo posible por complacerlo. Cuando llegaba la noche  Alejandro ayudaba a sus padres a sentarse a comer en la mesa y nadie decía ni una sola palabra. Alejandro le gustaba pintar todos los días hasta quedarse dormido en el sótano oscuro de su casa, todas las mañanas escribía lo que había soñado en su cuaderno viejo  y por las noches pintaba lo que había escrito. Una noche despertó a las 3:39 am, alguien dijo detrás de él, mientras sigas leyendo esto que he escrito para ti, alguien más estará viéndote en éste instante. Alejandro inmediatamente corrió hacia a fuera, por suerte vio a su amigo Alberto, era su amigo más cercano, Alberto le dio un vaso con agua y lo calmó. Alejandro no entendía nada de lo que pasaba, Alberto le pregunta ¿por qué has venido hasta acá y no recurriste a tus padres?, Alejandro contestó -no logré ver a mis padres, mientras corría, algo me seguía, algo que siempre está en mis sueños y no logro pintarlo porque no me atrevo a mirar hacia atrás. Alberto le da un dibujo diciéndole, dibujaste esto estando dormido la noche que te quedaste en mi casa. Era un retrato de su padre, del padre de Alejandro. Alejandro pregunta, ¿Cuando pasó eso?. Alberto contestó- sueles dibujar a la gente que asesinas cuando duermes. Alejandro dice - es imposible!, no he matado a mi padre ni a nadie, todas las mañanas me veo con mi padre. Alberto sonriendo repetía varias veces "mientras sigas leyendo esto que he escrito para ti, alguien más estará viéndote en éste instante. Alejandro gritando y desesperado le preguntaba ¿¡qué has escrito para mí!?, Alberto le dijo, -¿yo?, yo no escrito nada. ¿Entonces quién!? gritaba más fuerte Alejandro. Alberto le muestra un retrato de él pintado por alejandro y responde." Yo no estoy aquí". Alejandro asustado corre hacia su casa de nuevo,  ve a sus padres sentados en la mesa, respira y dice "que alivio"

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