A Jimin siempre le había encantado andar de fiesta en fiesta, claro acompañado de su pobre, fiel y casto mejor amigo, Yoonginie quien estaba enamorado de nadie más que su emo hermano menor.
Jimin, era un chico muy intrépido, por lo que el día que sus padres se iban de viaje los convenció dejarles en la casa de playa. De alguna manera tenía que darle ese regalito a su cuñado; su amigo ya se iba a volver monja en castidad.
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-¡Woooooh!- gritó con Yoongí mientras que su hermano se quedaba alla en la arena con un gran sombrero negro como estatua de atracción, entonces de la nada, otros chicos y chicas llegaron justo antes de que fuera a buscar a Jungkook para jugar.
-Hola, Juguemos un rato- un chico castaño bastante animado se acercó a Yoongi, parecía el líder de la manada, tenía una fuerte sonrisa, un gran guiño de ojo, además de sus marcados cuadritos revelados cuando se soltó la polera por la "calor" Justo frente al pelinegro.
le fascino tanto a Jimin tener a ese castaño cerca suyo, que tuvo que invitarles a todos, para no parecer sospechoso, a la casa de la playa, ese chico si que era un rayo de esperanza, atrayendo su atención en tan solo unas décimas de segundos. Algo más que tenian en común era que como alma de la fiesta ambos eran unas bombas.
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A Hoseok le agradó bastante Jimin desde que lo vio bajarse de la camioneta con otros dos chicos, uno parecía emo y el otró albino, pero la perfección persona era la que robabá la admiración y atención de sus ojos.
Hoseok tuvo que empezar a tomar amistades con casi la mitad de la playa para llegar a estar cerca de aquel piel canela, cosa que resultó, la presentación fue un tanto horrible, según él. Pero al pasar el rato pudieron hacerse mas cercanos, Y una fiesta con alcohol y música quizá fue la manera de acercarse más rápida para tener ese pelinegro entre los brazos, pensó Hoseok.
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Ambos parecían mandarse señales con los ojos, Hoseok no sabía si era su visión y Jimin no sabía si eran copas de más.
-Hola- sonrió nervioso y se acercó a Jimin.
-Hola ¿Hoseok? Cierto- una galante sonrisa se posó el pelinegro.
-Si, me gustaría que hablaramos más cerca- casi susurró el castaño.
-¿Qué?- Gritó y poco a poco se arrastro hasta Hoseok.
-Que quiero que nos besemos y terminemos en la cama- lamió el borde de la oreja de Jimin quien sonriendo atacó los labios de Hoseok.
-Eso me encantaría- Al parecer ambos estaban pasados de copas.
Ambos escucharon un grito que decía "¡Buen Viaje! Usen Protección, No quiero nietos" pero ni le prestaron atención, ya Hoseok estaba encargandose de los labios del pelinegro, mientras que éste con su espalda en la pared presionaba su erección contra la de Hoseok, meneando sus caderas en busca de excitación.
Hoseok casi jaló a Jimin para posarlo sobre la cama, mientras que el pelinegro expentante observaba como cada prenda del castaño desaparecía.
-Qui... qui... quiero- habló Jimin viendo como miniHoseok quería brincar fuera del boxer. Con sus pequeñas manos tomó el elástico de los boxer quitandolos lentamente, Hoseok solo veía la lasciva cara del pequeño quien añoraba tener ese trozo de carne entre sus labios, sin más Hoseok se dió la vuelta permitiendole a Jimin gatear hasta su miembro.
-Puedes... ¡Ah!- las palabras de Hoseok fueron interrumpidas por la boca del pelinegro que subia y baja, llenando de saliva el magnifico miembro del castaño.
Unos minutos más tarde el pelinegro estaba siendo penetrado por el castaño con fuerza de caballo.
-¡Ah! ¡AH! ¡AH! ¡Hoseok!- gritó Jimin sintiendo el sudor resbalar por su pecho.
-Ji... Ji... Ah~- Hoseok estaba llegando al climax.
Ni bien había terminado Hoseok de gemir cuando Jimin se corrió fuertemente entre ambos abdomenes, un poco después Hoseok terminó dentro del pelinegro, ambos con respiraciones desorbitantes, Jimin tenía la mente en la luna pues en tanto se recueperó cayo dormido plácidamente, y ni hablar Hoseok ese fuerte chico que cuando vió el pecho calmado de Jimin, sonrió colapsando en el más rico sueño de toda su vida, claro aún dentro del menor.
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La gente se iba, poco a poco en la madrugada, una a una iban desapareciendo otros lloraban por despertar desnudos y otros lo tomaban con calma estudiando detalladamente la persona a su lado, otra feliz pareja se preparaba para su segunda ronda, claro es que hablamos del ex-rubio y el emo en los pisos de arriba.
Pero todo esa armonía estalló cuando el grito de dos personas rellenó en abundancia la casa.
-¡Ah! ESTA NO ES MI CAMA- gritaron ambos.
-¿Qué?¿Cómo?¿Cuándo?- preguntaron los dos, pero ninguno pregunto el por qué, pues secretamente sabian la respuesta.
-Hoseok... Que... u-u-usaste protección- tragó grueso el pelinegro.
-No- habló rápido con una gota fría bajandole por la espalda.
-Yo... yo...-Comenzó Jimin.
-¡Era Virgen!- gritaron los dos al mismo tiempo quitándose un gran peso de encima.
-AJAJAJJAJAAJAJAJA- en cambió de gritos rellenaron la casa con risas.
-Ya cállense- escucharon gritos de los resacados de afuera, fueron disminuyendo sus risas mirándose a los ojos y ocultándose bajo las sábanas, después de todo una ronda mañanera no parecia una mala idea.
