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Jacob Pov


—Así me gusta hermosa— enrede mis dedos en su cabellera larga y rubia, tomando el control; provocando que mi miembro entrase más en su boca— ¿te dije alguna vez que eres la mejor en esto? Podría tenerte hincada entre mis piernas toda la noche — jadee.

—Jacob, quiero que me trates con más respeto— me miro ofendida ¿Acaso había dicho algo malo? Estaba elogiando a su boca.

— ¿Que te dije que te ofendió tanto? Decir que la chupas como nadie, esa es una virtud, tú boquita es una de tus mejores cualidades, si no fuese por eso... —le sonreí.

—Sabes que, vete a la mierda— grito— me quitaste las ganas, no creas que eres tan bueno como para dejarme tratar como una cualquiera— ahora ella tenía esa sonrisita y me miraba despectivamente cosa que me saco de mis casillas. La agarre de manera brusca y la tire sobre la cama.

— ¿No soy tan bueno en qué?— susurre sobre su oreja mordisqueándosela.

— Ya no tengo ganas de estos juegos— mordió su labio inferior de manera sexy mientras entrecerraba sus ojos azules.

— ¿No tienes ganas de qué?— lleve una de mis manos a su sexo. Ella comenzó a jadear, arqueándose, abriéndose más y más para mí. Cuando estaba a punto de llegar a un orgasmo retire mi mano y me quede observándola— Tendrás que pedírmelo si quieres que continúe.

—Jacob por favor, hazme el amor—su respiración era errática. Odiaba la palabra amor, para mí lo nuestro no era más que una cogida como con cualquier otra -aunque era la más formal de todas se podía decir- el amor era algo que había erradico de mi vida ya hace tiempo. No tarde mucho en entrar en ella, la empecé a embestir cada vez con más fuerza, ella jadeaba y gritaba mi nombre, cuando sentí que se empezó a contraer sobre mi miembro, fui más rápido haciendo que ella llegue a un orgasmo.

No fue mi día. Resople, Rosalie era la que más estaba cerca de darme el mayor de los placeres, pero cuando llegaba ese instante mi mente recordaba toda esa mierda del pasado, nadie me llenaba ese vacío, solo sentía placer pleno cuando lo hacíamos por primera vez, después era como si no pudiese sentir placer dos veces con la misma mujer por lo que siempre estaba con distintas para mi placer personal.

—Te gusto amor— Rosalie apoyo su cabeza en mi hombro.

—Tú siempre eres excelente— bese su frente.

— ¿Puedo quedarme a dormir?— susurro ¿siempre después de tener sexo tenían que pedir algo? Yo la mire y le sonreí; se levantó de la cama dando saltos de felicidad —me voy a bañar y poner el pijama— corrió al baño yo prefería que vuelva desnuda ya que todavía tenía necesidad de, nunca estaba satisfecho cuando salió del baño estaba completamente desnuda y empezó a caminar como una fiera en celo hasta la cama, ella sabía lo que quería de ella y si bien a veces se ponía en pesada me lo daba. Se sentó sobre mí y empezó a moverse y frotarse de manera sexy llevándose dos dedos a la boca; le pase un preservativo que me coloco con cuidado y entre en ella al principio la deje marcar su ritmo y me galope a gusto, me encantaba ver sus senos firme, su piel tan blanca sin imperfecciones, tan perfecta; a mí me gustaba tener el control y por ende llevar el ritmo así que después de un rato, la agarre fuertemente de las caderas y empezó a hacer que se mueva a mi antojo, ella empezó a moverse más rápido sobre mí, sintiendo como de nuevo tenía un orgasmo empapándome de ella.

—Rosalie, gracias— la mire exhausto acomodándome la almohada

— ¿Sabes que te amo no?— susurro.

— Mañana debemos de madrugar, duerme.

Cuando me desperté ella ya había pedido los desayunos y preparado la mesa.

Love Sucks or not?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora