Love Sucks or not?

IX

Renesmee Pov

Sam me había pedido si podía cuidar a Quimey le dije que sí, me encantaba cuidarlo, era un niño muy agradable sin contar que adoraba a los chicos pequeños los adoraba, él día estaba muy lindo así que salimos al jardín de él fondo de la casa.

—Tía Nessie, vas a cantar— Quimey me mostro una dulce y pura sonrisa.

—Está bien— pase mi mano por su cabello.

A Sam no le gustaba que me diga tía, porque pensaba que a mí me podía llegar a incomodar pero a mí me gustaba que me diga así, sentía que tenía una especie de familia. Fui adentro por la guitarra y salí, me puse a cantar Thinking Of You amaba especialmente esa canción, cuando termine de cantar, rápidamente me seque unas lágrimas. Escuché a alguien me aplaudiendo, me di vuelta y ahí estaban los tres, no pensé que él vendría, deje la guitarra en una de las sillas y corrí a saludar al señor Black y le di un abrazo. Estaba feliz de verlo nuevamente en la casa, sin él se sentía completamente extraña. Emmett se comportó de una extraña, me había escrito mensajes y se los respondí únicamente por educación, pero su entusiasmo, me había puesto completamente incomoda.

—Gran cantante- me dijo Emmett y yo le sonreí.

—Los dejo para que hablen—Billy comentó.

—No, lo llevare adentro— respondí rápido.

—No deja Jessica me lleva ¿no Jess?— sonrió como si fuese cómplice de la situación que querían crear.

—Con todo placer, señor Black— Jessica respondió.

—No m e dijiste que eras cantante— reprocho.

—He hecho buena plata, cantando en esquinas, pero es un simple hobby con lo que descargo— negué nerviosa.

— ¿Me cantarías algo para mí?— me sonrió algo torcido.

—Yo... no lo sé— lo mire asombrada— tengo que llevar a este pequeño con su padre.

—No quiero que te sientas presionada, cuando te sientas listas, me gustaría que me cantes una canción— paso su mano por mi pelo. Como si fuese un mosquito me ataje y corrí su mano con el dorso de la mía.

—Emmett me caes muy bien pero creo que estas demasiado acelerado para mi gusto— espete lo más seca que pude.

—Sí, lo sé pero es que me gustas, digo mírate, eres...

Lo mire seria, siempre odie esos elogios de los hombres, me hacía sentir que solo les importaba lo de afuera, el envase, mi belleza, la sentía como un karma, no le encontraba lo positivo, demasiado mal la había pasado, me odiaba demasiado.

—Está bien, pero no me gustan las cosas tan aprisa tiempo al tiempo y si se da algo se da— conteste, no quería ser ruda, no podía decir, no tienes chance, no me interesa enredarme con nadie. Darle falsas esperanzas me parecía peor.

— ¿Te puedo hacer una pregunta? Es algo un poco personal— se puso serio de la nada.

—Está bien... pero solo— trate de leer por donde iba—pregunta.

—Tú y es— señalo hacia la casa— ¿tuvieron algo? tu sabes a que me refiero.

—Creo que te estas desubicando y demasiado— ¿acaso todos eran iguales? Me puse demasiado molesta, era lo único que me faltaba. Cuando pensaba que era un dulce lanzaba un golpe que me demostraba que no era más que un Jacob dos. Me di media vuelta y me dirigí hacia la casa. Él me agarro el brazo y me zafe no podía sufrir tremendo acoso y por dos, era un castigo esto.