IV

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Jacob Pov

Me desperté antes de las seis de la madrugada, no pude dormir, no dejaba de pensar en esa mujer. No solo me molestaba su rechazo, la idea de que le cuente a Billy... si hubiese sido en otro contexto ni siquiera me preocuparía, pero ahora era diferente. Necesitaba despejar mi mente, salí a trotar para pensar con claridad ¿Qué diablos me había sucedido? Jamás había actuado de esa manera con otra. Seguramente en este momento me estaba odiando, cualquier chance que tenía de poder llevármela a la cama estaban esfumados. Debería de portarme demasiado bien para que intente confiar en mí y la verdad es que no tenía ganas, no quería una especie de segundaRosalie en mi vida. El recordar la situación me encolerizaba había perdido completamente el control y eso no me pasaba hace tiempo. Di media vuelta luego de llegar a la gran manzana, tenía que enlistarme para ir a trabajar, recordé a Rosalie en mi departamento y resople, ella era algo que debería de sacarme de encima.

—Buen día amor— dio un mordisco a una galleta.

—Bueno día— resople y me dirigí a la habitación, las chances de que ella se haya ido y pueda estar en paz habían sido nulas.

—Podrías haberme dicho que salías a trotar hubiese ido también— entro detrás de mí al baño.

—Cuando salgo a trotar me gusta hacerlo solo— comencé a regular la temperatura del agua.

—Si pero soy tu novia y te veo solo en la noche— deposito un beso en mi espalda—quiero estar más tiempo juntos, creo que me lo merezco— paso sus manos hacia adelante en un abrazo demasiado posesivo.

—No somos novios, somos dos personas adultas que simplemente tienen sexo, bastante seguido— me solté de su agarre y comencé a desvestirme.

—Eres un maldito, te estoy hablando lo mínimo que podrías hacer es mirarme— grito

—Quiero darme una ducha tranquilo ¿podrías parar con tus cantaletas patéticas por un rato?— la observe bastante irritado.

— ¿Sabes qué? hoy a la noche volveré, solamente en la cama tienes un humor tolerable.

— Rosalie— ella se giró con una gran sonrisa—hoy en la noche de verdad no vengas, no tengo ganas de seguir soportando tus reproches de algo que no somos y no vamos a ser jamás, así que no te aparezcas por aquí. Me observo nuevamente molesta y se retiró ¿acaso no se tenía un poco de amor propio?

En el trabajo todos únicamente me preguntaban por mi padre, que como estaba, como había ocurrido el accidente y que le mandaban miles de besos y apoyo. La gente me empezó a agobiar, entendía el cariño que le tenían a Billy, pero era hartante tener que responder a todos. Salí antes de la empresa y fui directo al hospital, iba a darle la razón a Billy en cualquier cosa que me dijese, solo por esta vez.

Una risa demasiado sonora y dulce hizo que me quede en la puerta, no dejaba de mirarla, hasta su perfil era perfecto. Billy percato que estaba en la puerta así que ingrese.

—Hey ¿cómo está mi muchacho?— lo mire sorprendido, ella no le había contado nada de lo ocurrido.

—Bien, en la empresa todos te mandaron palabras de apoyo y esperan te recuperes pronto, pero por lo que veo lo saben bastantes— la habitación estaba llena de arreglos florales— ¿Cómo te sientes?

—Mejor, pero acércate un poco ¿Por qué estás tan lejos? ¿Cómo pasaron la noche?— era la primera vez desde que había entrado que hacía contacto visual con ella, su mirada estaba filosa, parecía un pequeño gatito enojado, no provocaba para nada miedo.

—En realidad no pasamos— rompí el silencio, iba a hacerme cargo de lo que había hecho.

—Yo... no quise molestarlo— ella se limitó a responder.

Love Sucks or not?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora