Capítulo 1

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Chanyeol se encontró vagando por las calles concurridas de Seúl. Se movía discreto, con cautela, mimetizándose con el gentío.

Varias horas después, sus pasos lo llevaron a un vecindario para nada lujoso. Es más, el lugar parecía el vertedero de la ciudad; calles en mal estado, basura regada por el asfalto y las veredas, edificios abandonados a medio desmoronar, y mendigos repartidos en cada cuadra.

-Así que él está en un lugar como este. No me sorprende -bufó Chanyeol para sí -La mierda siempre busca rodearse de más mierda.

Le dio una última calada a su cigarrillo hasta decidirse a empezar la búsqueda. Vio a una anciana junto a unas cajas de cartón y se acercó a hablarle.

-Perdone, estoy buscando a alguien...

-¿Buscando a alguien? -gruñó al mujer mirándolo desdeñosa -¿Eres policía?

-Soy un detective privado -aclaró Chanyeol con un nuevo cigarrillo humeándole en la punta -Por cierto, si le preguntara quién es la persona más atractiva por aquí, ¿me lo diría?

Era bien sabido que los demonios eran poseedores de una belleza envidiable ante los humanos. El ángel se estaba valiendo de esto para localizar a su objetivo.

La anciana frunció el ceño pero no alcanzó a responder ya que de entre las cajas, una cabeza asomó curiosa.

-¿La más atractiva? -preguntó un niño saliendo de su escondite -Es fácil. Es el padre.

-¿El padre? -se extrañó el ángel.

-¡Silencio Ren! -lo regañó la mujer -No importa. Él no habla con detectives -acotó con desdén.

El niño miró al alto por un momento, como si reconsiderara sus opciones.

Entonces Chanyeol se apresuró en mostrar una sonrisa tranquilizadora -No te preocupes. En realidad, soy como los que hacen el censo.

Un padre. Vaya, pensaba mientras seguía al niño por las descuidadas calles.

Llegaron a una gran puerta de hierro oxidada y al atravesarla vio al menor bajar una estrecha escalera. El alto lo siguió en silencio, hasta llegar a un pasillo donde se veía una puerta de vidrio polarizada.

-Esta es nuestra iglesia -explicó el niño, señalado la cruz colgada en la puerta -Espere mientras lo llamo. No haga algo extraño porque me daré cuenta -advirtió con tono de enfado que hizo que Chanyeol riera por dentro -¡Padre! -llamó a viva voz mientras tocaba la puerta.

-Ya voy -la voz suave se dejó oír al otro lado del vidrio, mientras la puerta se entornaba dejando ver al dueño de ella.

Era un hombre joven de mediana estatura. La tez blanca inmaculada contrastando con el cabello negro. De complexión pequeña, su rostro delgado y de facciones delicadas fluía armonioso con su boca diminuta de labios finos. Largas pestañas enmarcaban los ojos rasgados color caramelo.

Vestía un traje completamente blanco, con detalles dorados en las mangas y el cuello clerical. Pantalones y zapatos del mismo color, y colgando de su cuello, llegando a la altura de su estómago, un crucifijo.

Chanyeol vio embelesado, al hombre sonreír suavemente y acariciar la cabeza del pequeño con cariño -¿Qué pasa Ren?

-Padre. Este sujeto dijo que buscaba a la persona más atractiva del lugar. ¡Así que lo traje junto a usted!

-¿Buscaba a la...? -la cara del pelinegro palideció cuando percibió la presencia del ángel.

-Hola -saludó el alto levantando la mano con una gran sonrisa plasmada en el rostro.

Alma inocente [Baekyeol/Chanbaek] {{PAUSADA}}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora