Australia, abril 1997

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Charlotte a penas tenía un mes y medio de nacida. Ron ya había terminado de ordenar la casa, no era muy grande pero era más que suficiente para ambos.

Ronald sentó a la bebé en el coche para luego llevarla al super mercado, pero él no estaba seguro si era una buena idea llevarla en un coche tan grande siendo tan pequeña. Así que la sacó del coche, la tomó en brazos y la cubrió con una manta gruesa rosa pálido.

___

Una vez en el super, el hombre se decidió en hacer las cosas lo más rápido posible. Llego a la caja y pagó todo, cuando se dirigía a la salida se chocó con una mujer alta, rubia y aspecto muy familiar. Él no demoró en darse cuenta de quién se trataba.

—¿Jessica? Jessica Aplanachi... ¡Vaya, quién lo diría de encontrarnos aquí!— La mujer lucía un poco confusa ante la reacción del señor.

—Lo siento, creo que no te recono-.. Un momento ¡Ronald! ¿Qué haces en Australia?—Jessica no se dió cuenta de que Ron cargaba a un bebé hasta que terminó de juntar la última bolsa del piso. Al verla su cara se volvió un poco triste como si la hubiese desilusionado que él tuviese una niña pequeña en sus brazos.

Él lo notó y se adelantó antes de que ella dijera algo del tema.

—No es mia, solo la estoy cuidando, de veras.

—Ah, que bueno... Me parece muy solidario. ¿Quieres que te lleve?

Ronald accedió su oferta, en el camino no pudieron hablar mucho porque la niña cayó dormida en los brazos de su tío.

Cuando llegaron a la casa, Jessica se bajó del auto para acompañarlo hasta la puerta. Pero cuando esta se dirigía al automóvil Ron la detuvo invitándola a pasar, la mujer asintió con una gran sonrisa la cual escondía un "Era lo que quería que preguntaras.."

Ya en la casa, Ronald dejó a su sobrina dentro de su cuna, bien abrigada y dejando la puerta semi entornada para cuando se despertara la escuchara.

—¿Seguro que no es tuya?— Preguntó la mujer con un toque de sarcasmo en su mirada.

—No, no lo es. Ya te lo dije sólo la cuido.— Le extendió un vaso lleno de agua fresca a la joven mujer, con esto aprovechó en cambiar de tema.— Cuéntame de tu vida Jess, ¿Qué es de ella?— Él se sentó junto a ella, pero no demasiado como para invadir su espacio personal.

—Bien, no lo sé... Es aburrida, monótona. Ya sabes de acá para allá haz esto haz lo otro para luego obtener un salario aceptable mientras que los hombres les dan más.— La mujer soltó un pequeño suspiro y tomó un poco más del agua.— No lo tomes como algo personal, pero el mundo es machista y así quedará. No importa cuanto las mujeres nos esforcemos para que sea un mundo donde todo sea igualitario jamás sucederá, porque la mentalidad ya está marcada en cada ser humano.

—Si.. Es verdad, y ¿en lo íntimo? Es decir pareja o esas cosas

—Pues no, no mucho. Los últimos años no he estado con alguien y ¿tú?

—No. Es más si te digo...— Se acercó más a ella. a centímetros de su rostro.

—¿Qué? Vamos, cuéntame. Sabes que puedes confiar en mí...— Ronald la tomó de la mano.

—Creerás que soy un idiota pero... Desde que te fuiste no dejo de pensar en tí y nunca estuve con otra chica, no desde los veintidós que fue-— Jessica terminó lo que él iba a decir.

—Fue cuando me marché.

Ella terminó de acercarse a él y lo besó. Ronald la miró directo a los ojos y le sonrió haciendo que esta soltara una pequeña risa él sabía que a ella, le encantaba que hiciera eso.

—¿Quieres quedarte?— La mujer lo miró sin comprender bien la pregunta. —Perdón si lo interpretaste mal.. Déja que te pregunte de nuevo. Mira, no quiero volver a perderte, ya pasé por eso y créeme no fue nada lindo, así que.. ¿Quieres vivir aquí conmigo?— A Jessica se le llenaron los ojos de lágrimas y asintió con una gran sonrisa dibujada en su rostro.

—Si claro.. Pero antes me gustaría confesarte algo.

—Dime que no estas casada o algo por el estilo..

—No, claro que no. Te dije que no he estado con ningún hombre estos años... Pero la verdad es que jamás estuve con ninguno. Tú fuiste el último. Pero por alguna razón creí que tu si habías tenido algunos otros amores o relaciones de corto plazo por eso mentí y dije que solo en estos años no había salido con alguien. Cuando me vine para aquí intenté enviarte cartas, pero cuando pensaba que mi padre por fin se había preocupado por mi... Me enteré de lo peor. Él siempre se deshizo de lo que te escribía, lo quemaba o guardaba en la cómoda dentro de una caja, de esto me enteré hace unos cuatro años, lo cual me destruyó por completo y me fui de su casa, desaparecí de un día al otro sin decir nada.

Ronald le dió un fuerte abrazo, él sabía cuanto ella lo quería como también sabía perfectamente que el padre de ella, por alguna extraña razón lo odiaba. Se quedaron abrazados durante un largo tiempo, habían pasado casi diez y siete años desde la última vez que se vieron.Eran novios y tenían el plan de casarse pero debido a un giro inesperado en la vida de la chica, el padre decidió irse y ella no tuvo opción. Ron se escapó de su casa y fue directo a la estaación, allí fue donde la vió por ultima vez, ambos muy tristes y con lágrimas recorriendo sus rostros. Ronald la abrazó muy fuerte justo igual al que se acababan de dar. Para él siempre había sido un símbolo, como si hubiese sido una especie de promesa, un simple "Hasta luego. Te extrañaré pero nos volveremos a ver." 

___

Tres meses después Jessica y Ronald estaban comprometidos. Él le dijo a Jessica que la pequeña era adoptada pero que aún no le había puesto nombre por lo cual la llamaron Finch.
Todo iba más que bien, pero un día llegó una carta de los Ravinch- la familia de Ron- con dinero en su interior. Lo primero que hizo fue alarmarse hasta que leyó la letra que contenía.

[ Querido Ronald Ravinch.

Te escribo esto para explicarte la razón por la cual te envió el dinero y cómo se donde estas viviendo.
Primero que nada soy tu prima Claire, sé donde vives porque yo también vivo en Australia, y creí haberte visto una vez así que durante unas semanas te seguí. Supe que se trataba de tí cuando te vi con Jessica te veías muy feliz. En fin te mando dinero por que se que lo necesitas.

No lo hago por pena, ni por que me sobre el dinero. El dinero es todo tuyo ni un mili centavo me perteneció ni me pertenece, no se si estas entendiendo...

Se que es confuso, pero espero que lo manejes con calma. Te llegará una determinada cantidad de dinero luego de dos o tres meses.

Si consigues trabajo dime la dirección y te lo enviaré, también me debes informar si tu nombre fue cambiado o apellido.

Nadie debe saber esto, ni siquiera Jessica. Si quieres saber algo que no hayas entendido de la carta nos vemos en Vue de Monde a las 21. Si no llegas en punto no importa, estaré allí de todas formas ya que estoy organizando mis trabajos y es el único lugar que me mantiene relajada y activa.

Bisous, Claire.]

La Chica Finch.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora