—Ahora ven, nadie se enterará.
Finch no sabía que hacer, sería la primera vez y ella siempre había sido una buena chica, tenía buenas notas, se llevaba bien con algunos compañeros de clase-lo cual no había sido tan sencillo- y los profesores no hacían otra cosa que elogiarla.
Taylor por su parte la miraba ansiosa esperando la respuesta de su amiga.
—¡Oh, vamos Fin! Tenemos geografía, no quiero estudiar los relieves de América, son todos iguales. Pero tampoco quiero irme sola.
—Bueno... aunque la idea me guste demasiado, no quiero problemas, porque si alguien se enter-
—Nadie se dará cuenta. Los prometo, ahora vamos. Debemos irnos ya.
La chica tomó del brazo de Finch y la llevó al auto de su primo. No fueron vistas por nadie y como Taylor ya lo había hecho más de una vez, las chicas no tuvieron drama en esquivar las cámaras.
—Bien. Ahora, ¿A dónde quieren ir chicas?
—A tú casa. Mis padres hoy no trabajan ¿Recuerdas?
—Si, lo siento lo había olvidado. Sucede que yo no voy a mi casa, voy a la de Marcus.
—¡Genial, entonces nosotras también!
—No creo que...
—¡Sh! Ya calla. Iremos.— Taylor sonrió a Finch y ella intentó hacer lo mismo, pero le costó un poco debido a que estaba muy nerviosa, sus manos temblaban y sentía un vuelco en el estómago.
_____
La casa de Marcus era enorme, sus padres eran dueños de la editorial de la revista más vendida en Australia, en especial en Parkville, en la cual su madre trabaja.
Al entrar ambas chicas quedaron asombradas por la inmensidad del hogar, habían empleados por todas partes, llevando ropa, comida, etc... Se adentraron un poco mas y vieron a cuatro chicos sentados frente al televisor mirando Saw VI estaban comiendo pop, caramelos y por lo visto ya llevaban tres cajas de cervezas sin contar aquellas botellas que estaban a medio beber. Franz se acerco dejando atrás a las niñas y fue caminando lentamente hacia ellos y al gritar tan fuerte les dio un gran susto a los muchachos.
—¿ESTAS ENFERMO FRANZ? NO VEZ QU- ah...— Miro a ambas chicas y estas quedaron congeladas. —¿Porque no me avisaste que traerías a alguien a demás de a ti? Por cierto, ¿quienes son?— Miro extrañado a las dos desconocidas y por alguna razón les resulto bastante seductora la voz de Marcus, en especial a Taylor, la cual se ruborizó al instante de hacer contacto visual. Sus ojos celestes la tenían perdida.
—Esta es mi prima, y la otra es una amiga de ella.— Sin poder controlar sus ansias Taylor se le adelanto a su primo y comenzó a hablar.
—Soy Taylor y ella es mi mejor amiga, Finch. Em... si no te molesta creo que me voy a sentar por allí para ver la película.— Marcus quedó un poco atontado por aquella chica, pero dejó inmediatamente de observarla para cruzarse con la mirada de Finch.
La chica se sentía incómoda, hacía ya unos segundos que la estaba mirando y no sabía si moverse o quedarse ahí quieta siendo envuelta por aquellos ojos. Gracias al primo de Taylor quien interrumpió ese momento, ella pudo ir donde se encontraba su amiga.____
—Pero no puedo tomar. ¿Ustedes qué edad tienen?
Finch aprovechaba cualquier excusa para no tomar, estaba preguntando cosas sin sentido desde hacía más de media hora, la mejor y graciosa parte es que ellos no se daban cuenta de su técnica y contestaban a todo, y eso le gustaba.
Por ahora sabía que el alto morocho de ojos verdes se llama Nick, el chico rubio y de ojos miel era Harry y que el otro castaño con ojos café es Coddy.
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La Chica Finch.
Teen FictionUn secreto que florece en Europa, termina siendo descubierto en Australia luego de más de cien años por una chica la cual, cierra la maldición familiar.