Un hombre se encuentra de pie en medio de una sala oscura. Traje formal, rostro envejecido, mirada seria. El triste trazo que se dibujaba en su boca dejaba al aire su amargo pasado. Los recuerdos atormentan al hombre, las imágenes de una vida de violencia y sufrimiento. El sufrimiento de las personas que más le importa, el sufrimiento de sus hermanos. El hombre se alza derecho y valiente, solo, sin nadie que le acompañe. Ojos al frente, manos tras su espalda, arma bajo el ropaje.
Cada arruga una memoria, cada lágrima manchada en sangre.
O quizás era un abuelo, no lo sé, pero el retrato que tenía Zapata era muy bueno para dejar volar la imaginación.
-Cristian –dijo interrumpiéndome.
-Sí –respondí.
Isabella y el inspector estaban esperando a que me uniera a la discusión. Sus miradas se opacaron por la bella luz que curiosamente venía de la ventana tras ellos. Fui a su lado y me senté.
-Entonces –dijo Zapata- no tienen nada.
Isabella probablemente pensó en el anillo que tenía en mi posesión, era buena disimulando. Yo también pensé en lo mismo, pero no intenté disimular nada, simplemente se me da muy bien no entregar información a las autoridades.
-Si te refieres a algún dato importante que revele alguna pieza clave en el caso o en las firmas. No, no tenemos nada –dije.
Zapata mantenía la misma cara amargada con la que nació. Miraba hacia el frente, hacia la nada, como si planeara el siguiente paso. Isabella se encontraba de pie al lado nuestro, con los brazos cruzados y mirando fijamente a su jefe. Sentía que me ignoraba al mismo tiempo que intentaba ignorar la culpa de haber ensuciado su imagen policíaca.
-Pero no fue para nada en vano –seguí diciendo –Hay algo muy extraño en todo lo que involucra este asesinato. Víctor y Rosa, los dos, parecían ocultar cosas importantes.
-No me interesa que las oculten –dijo Zapata –me interesa que las saquen a la luz. ¿Me dicen que sólo estuvieron con ellos por cinco minutos? Les dije que investigaran a fondo.
Oh, sí que lo hicimos, sólo que no te queremos decir.
-De todas formas –empezó a decir Isabella –Logramos iniciar lo que parece llevar a algo importante. Doy mi palabra a que el interrogatorio que llevó a cabo Cristian nos fue de más ayuda de lo que creemos. Creo que lo siguiente que debemos hacer es seguir presionando y observando a nuestros sospechosos.
Escuché en silencio lo que salió de su boca. Estaba impactado, hasta podría decir que halagado, pero sabía que sus palabras sólo camuflaban a lo que de verdad se refería. Debemos investigar el anillo. Sin que nadie se entere. ¿Qué tan importante será? No mucho, puede ser. Sin embargo, es el comienzo. Hay que seguir uniendo los puntos para formar la pintura más grande, como el anciano que me miraba desde el lienzo a mi derecha.
-Sospechosos... -Dijo Zapata -¿Se puede confirmar su posible participación en el asesinato?
-Con lo que obtuvimos, diría que no se debería descartar la posibilidad –respondió.
-Ambos se veían muy poco normales –añadí –Era como si supieran exactamente en qué estaban metidos. O como si no les afectara para nada.
El inspector me lanzó una mirada analítica, sentí que estaba pensando en mis palabras al igual que pensaba si mi punto de vista era de confiar.
-Eso sí lo puedo confirmar –me apoyó Isabella.
Analizándonos a los dos, Zapata dejó salir el aire de sus pulmones. Se le veía cansado, parecía que tenía muchas cosas en la cabeza y que trataba de encajar todas al mismo tiempo. Las canas en su cabellera empezaban a brillar cada vez más y sus arrugas envejecían más rápido que él.
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El Vuelo De Las Moscas
Mystery / ThrillerCristian Retamal es un joven con una afición a las investigaciones policíacas, pero un traumante accidente le hará querer dejar todo su pasado atrás. Ahora, su pasado volvió para torturarlo, y tendrá que vivir con ello incluso si eso signifique perd...