TRES.

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—Santiago López.

—¡Presente!—respondí.

—Michelle Martín.

Nadie respondió, pero mi compañera de asiento alzó su mano y entonces caí en cuenta de que ella era Michelle Martín, que así se llama.

—¿Entró a esta clase Michelle Martín?—la profesora preguntó porque no había alzado la vista de su escritorio donde estaba su lista.

Ella se levantó, tomó su libreta y caminó hasta el escritorio de la profesora dónde ella leyó lo que contenía la libreta de Michelle. Entonces la profesora le empezó a hablar y mi compañera sólo asentía. Cuando terminaron, Michelle regreso a su asiento que estaba a mi lado y suspiró pesadamente. ¿Le habrán dicho algo malo?

Compañera de clase.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora