Todos siempre llegan tarde.

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El sonido del balazo dio lugar a un silencio sepulcral, terminado con los alaridos e improperios de Carrey.

—¡Maldita!—chilló al tiempo que llevaba ambas manos a su muslo izquierdo, donde la bala había perforado el músculo hasta llegar al hueso.

Fred se arrastró de espaldas, alejándose todo lo posible de David. Estaba pálido y bañado en sangre. Miró alrededor en busca de una respuesta, y al ver a Hermione, la encontró junto a la mesita de noche, de rodillas con el arma de Arthur Weasley en alto.

El hombre la miró boquiabierta.

—Mi padre es un aficionado a las armas—susurró la castaña mientras bajaba la pistola, temblando de pie a cabeza.

—¡Eres una maldita!— gritaba desde el piso Carrey.

—¿Qué hacemos?— preguntó aterrada Hermione, viendo como la sangre emanaba de la herida.

—Pásame un cinturón de la cómoda.—le ordenó Fred al tiempo que se ponía de pie.

No permitiría que David muriera. A pesar de todo lo que le había hecho pasar, no lo iba a permitir. Ahora que sabía que él no era como Carrey, iba a mantenerlo así costara lo que costara.

—¡Aléjate!—le gritó cuando Fred se le acercó con la intención de hacerle un torniquete con el cinturón que Hermione le había pasado.

—No seas idiota David...

—¡Te mataré!

—¡No estás en posición de amenazar!—escupió Hermione parándose junto a Fred, apuntandolo con la pistola. — ¡Pagarás por lo que le hiciste a Gabriela!

—¿Y qué vas hacer? ¿Meterme una bala en la cabeza? ¡No tienes el valor, perra! ¡Mírate! ¡Estás temblando!

—Tienes una boca muy grande para estar donde estás.—dijo la castaña con un tono venenoso.

Carrey iba a contestarle con algún insulto, pero enmudeció cuando las luces y el sonido de las patrullas se filtraron por la ventana.

Fred miró a Hermione en busca de respuestas, la chica le sonrió débilmente antes de contestar.

—Creo que Ginny ha llamado a medio ejercito Ingles.

Se escuchó un estruendo en la planta de abajo, seguido por corridas, como si más de treinta personas entraran a la casa.

En menos de medio minuto la puerta de la habitación de Fred se abrió de un portazo, dando paso a casi diez uniformados apuntándolos con sus armas.

—¡Suelte el arma! ¡Las manos a la cabeza!—les gritó un hombre corpulento apuntando directamente a Hermione.

La chica soltó de inmediato el revólver y blanca como la cera, obedeció las órdenes del policía.

Fred se llevó las manos a la cabeza, un tanto confuso.

—Para que conste, nosotros somos los buenos.

Los policías lo ignoraron, un par se fueron sobre ellos y justo cuando comenzaron a sacar las esposas, Fred escuchó una voz muy conocida.

—¡Eh! Thomas, relájate. Carrey es a quien buscamos, no a mi hermano.

El hombre que había sujetado a Fred lo soltó de inmediato.

El dueño de la casa sonrió abiertamente cuando vio a su hermano menor, Ron, entrar al cuarto.

(* — * — *)

El camino que daba a la carretera volvió a ser transitable justo a tiempo para la llegada de un par de ambulancias. La primera en llegar se llevó a Carrey, el cual estaba semiconsciente y solo atinaba a soltar uno que otro insulto. Un grupo de policías lo presidieron hasta el hospital más cercano, bajo las órdenes de no perderlo de vista.

Save You. [Fremione] AU TERMINADO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora