07º:|Disparo.|

1K 188 62
                                    






Las lágrimas brotan de forma descontrolada por el rostro de HoSeok. La temperaturas bajas que son más evidentes cuando el viento sopla ferozmente e impacta contra su cuerpo de manera desconsiderada. El hombre se estremece cuando el frío le cala hasta los huesos, pero poco le importó el hecho de que se estuviese arriesgando a contraer alguna enfermedad; en ese momento, en donde sus más oscuros secretos y recuerdos reprimen su corazón herido no hay nada más que dolor en él.

Se obliga a sí mismo a no retenerse más, sabía que desde la desaparición de su pequeña, en su vida y en la de SunHee no había esperanza. Todo se había perdido; las sonrisas, los días buenos, el amor, todo aquello que conocían ya no existía más, todo se lo había llevado SoYun. Pasaron años y su pérdida se sentía cada vez más presente.

Era como sí se hubiese perdido en el abismo cuando ella se fue. Jamás pudieron encontrarla, los días fueron semanas y las semanas se convirtieron en meses, pero nunca hubo una sola señal de ella, de su pequeña ancla.

Las pisadas débiles de Jung HoSeok resuenan por las calles vacías de su recorrido, la oscuridad envuelve su cuerpo y el vapor que brota de su boca es lo único visible para él. Consumido por el llanto y su mente que le atormenta de forma agonizante, simplemente se aleja de todo aquello que le rodea. Se encuentra debatiendo en todo aquello que le lleva en contra y no hay nada más que sólo dolor y recuerdos que le dejan rendido.

Había permanecido ahí, junto a la mujer que él creía sería el amor de su vida, sosteniendo su mano en todo momento en la que la depresión amenazó con acabar con ella cuando ambos perdieron a SoYun, ¿dónde estaba ella ahora que él necesitaba de alguien? Había dejado todo de él, se había mantenido fuerte por ella y no había llorado ni una sola vez para poder entregarle sus brazos y que SunHee se rompiera en él, pero ahora, todo aquel esfuerzo que había dedicado a ella, todo aquello que le había regalado era sólo un desperdicio más.

Había dado tanto sin recibir nada, que incluso se perdió a sí mismo. Puso sobre él a aquella mujer y justo en ese momento, no sabía qué tan arrepentido podía sentirse. Noche tras noche, podía sentir la pequeñas manos de su pequeña rodeando su cuello hasta ahorcarlo, porque justo cuando las alucinaciones comenzaban a apoderarse de él, la sola idea de morir parecía la salida más correcta y tentadora.

Tensa la mandíbula, negándose el simple hecho de gritar, era un hombre débil ante SoYun, era una persona frágil también, porque por alguna razón, el sólo hecho de recordarla le arrebataba toda su fortaleza. No es hasta que un fuerte grito resuena en sus oídos que le hace detenerse en seco y terminar con sus lamentos de forma inmediata.

Hay un golpe, uno tras otro. Gemidos de dolor, gruñidos débiles y de pronto un gran silencio. La oscuridad que envuelve la noche y el frío abrazador que impacta contra su cálido aliento de pronto le hace temblar.

- Eres un imbécil.

Una voz ronca se escucha no tan lejos y una burlona carcajada perfora sus oídos. HoSeok observa a sus espaldas, las calles desoladas son lo único que puede ver y justo cuando regresa la vista al frente, justo en la siguiente acera, hay un callejón. Sabe que de ahí provienen los ruidos y está seguro, por experiencias pasadas que no se trata ni más ni menos que de una pelea.

- ¿Cuánto tiempo más pensabas esconderte de mí, basura?

El pelinaranja camina con cautela sobre el cemento, su corazón late fuertemente contra su pecho y con cuidado, de la maleta que cuelga de su hombro saca un arma. Normalmente, cuando el subió de categoría es su empleo, solía cambiar por un arma cada vez más potente y no había momento en el que no cargará con ella para defensa personal o para situaciones en las que era necesario usarla.

Asoma la cabeza con cuidado, un hombre de cabellera oscura sostiene fuertemente a alguien por el cuello, desde esa distancia, con una lampara que ilumina aquel callejón carentemente, sólo puede observar la sangre que brota de la ceja de aquel chico rubio, quien parece burlarse del más alto y quien en ese momento, parecía dominar la pelea.

- ¿Te parece que estoy bromeando?- La molestia es perceptible incluso a la distancia en la que se encuentra HoSeok. Puede ver la forma en la que el agarre en el cuello del rubio se vuelve más tenso, es ahí, en la expresión ida del chico, cuando se da cuenta que el aire en sus pulmones desaparece poco a poco.

Los movimientos de HoSeok son vacilantes, está a punto de dar el paso que determinará el ataque, pero antes de que lo haga, el rubio es lanzado al suelo, puede escuchar la forma desgarradora en la que comienza a toser y sus intentos por recuperar el aliento demuestran dolor en sus expresiones faciales.

La sangre cae de su boca reventada y de su frente al mismo tiempo. observa como uno de sus ojos a comenzado a hincharse, amenazando casi con desaparecer. Sin embargo, aún en medio del desastre existencial del rubio, se atreve a soltar una carcajada, limpia con su muñeca la sangre de su boca y eleva la vista para observar al pelinegro que le mira con furia.

- No te tengo miedo, Ken.

Entonces, cuando Jung logra escuchar el nombre del más alto, puede observar la forma en la que Ken se pone de cuclillas, observa fijamente al rubio y en su mirada, puede ver la sombra de una amenaza cruzando por sus pupilas dilatadas por el coraje y la adrenalina.

- Tal vez no ahora...- Su voz es amenazante, una de sus cejas se encorva y media sonrisa aparece en sus labios, amenazante, casi siniestra y vil, HoSeok se queda pasmado sólo para observar que el pelinegro saca un arma de su chaqueta y la coloca en la boca del débil chico que se encuentra en el suelo- Pero vas a rogar en este momento porque te deje vivir y eso es más o menos como si me tuvieses miedo. Es igual de humillante y patético.

Entonces a un pequeño tic, justo cuando el arma ha sido cargada. En sus ojos sólo hay un pánico creciente y el miedo detrás de una posible muerte está dejándolo con la garganta seca.

- ¿Tus últimas palabras, Kim TaeHyung?

La manzana del cuello del rubio se mueve cuando pasa saliva, y es ahí, cuando TaeHyung cierra los ojos esperando lo inevitable, que HoSeok sale de su escondite, apunta con precisión hacia la mano que sostiene el arma y ambos le observan, todos igual de sorprendidos y es ahí, cuando toma el aliento suficiente para disparar.

El arma sale volando, al igual que la mano del pelinegro.

- ¡Corre!...










______________________________________




¡Holaaaaa!

Ya sé que muchas esperaban actualización de este fic, así que aquí tienen, espero que les guste.

Con esto, ha empezado ahora si nuestro hermoso Vhope;u;♥

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Mar 02, 2018 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

|•STIGMA•| →VHope←Donde viven las historias. Descúbrelo ahora