05º:|Engaño.|

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Kim Taehyung corrió nuevamente, la agitación causada por el correr y la grande sensación de adrenalina consumiendo su cuerpo a duras penas le permitía racionalizar. Justo cuando llego a la última esquina, buscó desesperadamente aquella camioneta negra que debería estarlo esperando.

-¡Hey! ¡Vuelve aquí, maldito cobarde!- Observó a sus espaldas, el chico de cabellera naranja corría a toda velocidad, su labio inferior sangraba y en su rostro sólo había coraje.

La respiración de Tae se desniveló.

¿Donde mierda se encontraba NamJoon y los chicos? Malditos, se suponía que iban a estar ahí, esperándolo. Decidió seguir a su instinto influenciado por la presión de salir libre de esto, dobló a la izquierda y corrió. Definitivamente, si lograba salir de esto, lo primero que haría sería golpear a cada uno de sus "amigos" con aquel maletín.

Observó a sus espaldas, las zancadas grandes del hombre estaba a sólo dos metros de alcanzarle, intentó correr más fuerte, pero se dio cuenta que esa era toda la velocidad que sus piernas daban. Y justo cuando regresó la vista hacia el frente, escuchó el sonido de unas llantas rechinando y observó completamente asustado la forma en que una camioneta negra se detenía a sólo centímetros de él, seguido del rostro arrogante de NamJoon sonriendo con suficiencia.

Sin pensarlo dos veces, TaeHyung rodeó y rápidamente subió al vehículo, observó como aquel chico se detenía y podía observar sobre el vidrio polarizado las constantes maldiciones que soltaba, seguido del pataleo como muestra de descarga de frustración. NamJoon arrancó con velocidad y cuando estuvieron lejos y el rubio pudo controlar los latidos rápidos de su corazón, dio un fuerte golpe en el hombro de NamJoon a puño cerrado.

-¡Hijo de puta!- Gritó entre enfadado y divertido- Por tu maldita impuntualidad casi me atrapan, imbécil.

Su corazón latía con fuerza aún, intentó controlar tanto su cuerpo que temblaba ante la descarga de adrenalina como su humor que le estaba incitando a reventar en golpes a NamJoon, sin embargo se contuvo. Observó a sus espaldas cuando todos rieron ante su acusación.

Suga negó con la cabeza cuando le observó, mientras Jimin le robeaba por los hombros y justo después, Jeon JungKook descubrió su cara, lanzando en algún lugar la mascara que traía puesta.



(...)



|POV Hoseok.|

Hay una terrible sensación recorriendo mi cuerpo cuando mis piernas duelen al caminar. Repentinamente es como si perdiese el equilibrio y fuese a caer, nunca antes había tenido tanta adrenalina consumiendo mi cuerpo por intentar alcanzar a alguien. El cielo deja de mostrar la luz del día y es reemplazado por la oscuridad de la noche, suspiro cuando me doy cuenta que estoy a sólo dos calles de llegar a casa.

Me preguntó si debería emocionarme por ello, por tener que llegar a ese lugar y soportar la terrible sensación de obligación que me mantiene atado en todo momento a ser un buen marido.

Tener un buen empleo era resultado de muchos sacrificios, papá siempre dijo que para poder ser un hombre de honor, tenía que demostrar que podía manejar mi vida de forma correcta. Según su propio lema, él aseguraba que la felicidad se ganaba trabajando, teniendo una buena mujer, buenos hijos; simplemente siendo un buen hombre. Sin embargo, no ha llegado el momento en el que mi vida parezca recompensar todos mis sacrificios con esa felicidad de la que mi padre tanto hablaba.

Finalmente estoy frente a la puerta de mi casa, suspirando mientras saco las llaves de mi bolsillo. Estaba exhausto e imploraba a gritos que SunHee no estuviese con su característico humor irritante. Cuando la puerta se abre, las luces encendidas calan en mis ojos, dejó mi abrigo en el pechero, mientras cierro la puerta a mis espaldas.

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