Capítulo 10: Primer día de entrenamiento

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Parecía que acababa de cerrar los ojos cuando escuché la alarma del despertador. Estiré mi mano para apagarlo, sin siquiera levantar la cabeza de la almohada, pero me sorprendo al sentir piel cálida bajo mis dedos. Trato de recordar donde estoy y al hacerlo me doy una abofeteada mental a mí misma. No recuerdo bien porque decidí empacar mi reloj despertador de mi cuarto allá en la Isla, pero al escuchar aquel molesto sonido con el que me solía despertar día tras día para asistir al colegio, olvidé por un miserable segundo el hecho de estar en una de las habitaciones del Fuerte con Lucas durmiendo a mi lado.

-¿Lucas? La alarma -susurré. Él aún no se movía-. ¡Lucas! -Dije, dándole un codazo. Cuando todavía no se movía, me estiré a través de él, buscando a tientas en la penumbra hasta que sentí la parte superior del reloj. Golpeé la cima del mismo varias veces hasta que pulsé el botón para hacer que se callara, y luego caí sobre mi almohada nuevamente.

Lucas se echa a reír aún con los ojos cerrados.

-¿Estabas despierto?

Él no contesta y se sigue riendo lo que hace que golpee su hombro con furia y me acomode hasta estar sentada en la cama, de espaldas a él.

-idiota -susurro.

Cuando estoy decidida a levantarme los grandes y fuertes brazos de Lucas me rodean la cintura desde atrás y me tiran nuevamente hacia atrás, recostandome en la cama aferrándome con fuerza a su pecho.

-Apenas son las 7:30 de la mañana -susurra con voz grave en mi oído para luego enterrar su cabeza en mi cuello- y ya te encuentras de mal humor? -siento su sonrisa contra mi cuello y le golpeo con mi codo en el estómago. Nada. Es como golpear a un muro de ladrillo.

-Suéltame -digo mientras le doy otro golpe.

-Que están haciendo?

Ambos nos sorprendemos al escuchar la voz de mi hermano al pie de la cama. Había olvidado que estaba a una cama de distancia.

Aprovecho la distracción de Lucas para zafarme de su agarre y poder levantarme de la cama. Una vez de pie me acerco a Franco y lo alzo, luego él rodea sus piernas a mi cintura y brazos a mi cuello.

-No es nada, Fran. Solo me caí y Lucas me atrapó en la cama para que no cayera al suelo. -digo.

Franco me mira poco convencido y con el ceño alzado, como si estuviera analizando algo en su mente, pero luego solo lo deja pasar y me sonríe.

-Buenos días -dice y luego me dá un ruidoso beso en la mejilla.

A veces me sorprende lo rápido que Franco puede olvidar un tema o cambiar de ánimo con tanta facilidad.

-Vamos -dejo a Franco en el suelo y voy a su bolso para buscarle algo de ropa - hoy va a ser tu primer día de escuela y no querrás llegar tarde ¿verdad? -le lanzo unos pantalones y una remera. Él los agarra en el aire y va corriendo al baño a cambiarse.

Lucas seguía con esa sonrisa pícara en el rostro, la cual no soporto, y cuando Franco cierra la puerta del baño le mando una de mis miradas asesinas a Lucas

-Alguna vez te dijeron que eres un completo idiota?

-Todos los días de mi vida -contesta Lucas y yo solo ruedo los ojos y voy por algo de ropa a mi bolso.

Saco de éste una toalla, un sobrecito de acondicionador para el cabello y ropa limpia. Aquí uno se debe bañar en unas corrientes de agua cerca del lago, no hay duchas de agua corriente en cada baño.

Me levanto con todas las cosas en mis manos y al darme vuelta me choco contra el pecho de Lucas.

-Dios! Eres insoportable! ¿podrías hacer un esfuerzo y darme mi espacio? -digo irritada,dándome vuelta para buscar algo de tomar en la heladera.

Escapando de la Gran SociedadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora