Capítulo 2: Primer... ¿ataque?

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Me encuentro en una habitación con cuatro paredes de metal, no hay nada allí excepto por una cama y un espejo de cuerpo completo. No logro recordar como llegué allí, lo único que sé es que estoy sola.

Me levanto de la cama y camino unos cinco pasos hasta el espejo que se encuentra en la otra punta de la pequeña habitación, observo mi reflejo y suelto un grito ahogado.

Estoy vestida con un especie de uniforme blanco con el símbolo de La Gran Sociedad impreso a la derecha de la blusa que traigo.

Me giro y observo que en la puerta metálica cuelga una planilla, me acerco y la tomo. En esta dice:

-Nombre: Maia Palmer

-Edad: dieciséis y diez meses

-Proviene: Ligotís, Isla del norte. Capturada del fuerte de los Rebeldes.”

-No! –grito sentándome de golpe en mi cama. Mi respiración está agitada y lucho por poder calmarme.

-Maia que te pasa? –preguntó Max algo preocupado. Se sienta al igual que yo en la cama y me abraza, acariciando mi espalda.

Lo miro y luego a mi otro costado. En la cama a mi lado se encuentra Franco durmiendo con su oso de peluche tranquilamente, y en frente está la puerta del cuarto de baño abierta. Estoy en mi camarote, nada de eso pasó, fue solo un horrible sueño.

-Mai? Estas bien, nena?

-Sí –respiro –estoy bien, solo fue una pesadilla.

Max se me acerca y me besa la sien, luego mira el reloj que se encuentra en la mesita en un costado de mi cama y se dirige al baño, cerrando la puerta detrás de él.

Espero en mi cama y me doy unos minutos para calmarme, luego me dirijo a mi bolso y saco una calza negra y una blusa de tirantes color beige. Una vez vestida me pongo mis botas militares oscuras, cepillo mi cabello y me paso algo de lápiz en los ojos para que resalten.

 Me quedo unos minutos frente al espejo al costado de mi cama. Así es como yo me vestía en secreto en mi habitación de la Isla. No nos permitían vestir con pantalones ajustados ni blusas al cuerpo y menos de estos colores. En las calles y en el colegio debíamos vestir pantalones largos sueltos con blusas de manga hasta el codo y todo de color blanco y azul.

Yo solo tenía dos prendas blancas y dos azules que respetaban la regla, todo lo demás lo hacía con algunas amigas en secreto. En el sótano de la escuela encontramos varias telas de distintos colores, que se usaban para obras de teatros y disfraces, pero nosotras la usábamos para diseñar ropa a nuestro estilo.

Mis amigas solo las hacían por diversión y llevarles la contra al gobierno en algo, en cambio yo, me las diseñaba con la esperanza de poder usarlas algún día en las calles y mostrarme diferente, pero eso era imposible. Por lo tanto solo me vestía con eso en mi habitación en las noches. También le diseñé ropa para Franco y eso es lo que rellena nuestros bolsos en estos momentos.

-Te ves sexy con eso puesto, amor.

Sonrío y me giro. Max estaba en la puerta del cuarto de baño apoyado en una de sus bisagras. Ya se había puesto los pantalones bajos que mostraban parte de su bóxer, pero aun seguía con su pecho descubierto, el que tanto me gusta contemplar.

-Y tú te ves bien sin nada puesto, amor –Ronroneo con una sonrisa en el rostro.

-Lo sé, soy completamente irresistible y se te es imposible no quedarte viéndome

 -Bien, creo tu ego se te subió un poco a la cabeza esta mañana – Tomo su remera del suelo y se a tiro. Río y después él se me une.

De repente comienza a sonar una alarma y luces rojas inundan la habitación. Franco se despierta y se sienta en la cama abrazando su oso de peluche. Dejo de reír y lo miro, luego a Max y noto que se le tensó todo el cuerpo.

-Max que está pasando? –grito sobre la alarma para que me escuche.

Max se dirige a la puerta y la abre con fuerza. Los pasillos están inundados de hombres, menores y mayores, corriendo de un lado a otro gritando. Esto no puede ser bueno.

-Max! –grito ahora más desesperada que antes.

-Junta tus cosas y las de Franco y no salgan del camarote por ningún motivo. –gritó y comienza a salir por la puerta, pero yo le tomo del brazo y lo detengo.

-Ni pienses que te voy a dejar! A donde vas?! Que significa la alarma?! –Max está por decir algo pero nos giramos al darnos cuenta que Franco llora.

-Mai tengo miedo –dice entre llantos mientras abraza con más fuerza su oso.

-La alarma significa ataque! Me necesitan en mi puesto y yo te necesitamos segura aquí! Como el resto de las mujeres, debes quedarte en el camarote y cuidar de tu hermano! –gritó y se fue, cerrando la puerta.

Que mierda significaba eso? Debía quedarme en el camarote sin hacer nada porque soy mujer? Yo no me uní a los rebeldes para que me sigan dando ordenes y diciéndome que debo hacer!.

 Abro la puerta nuevamente y miro hacia el pasillo. Cada vez son más los gritos de desesperación por parte de los menores y el caos no tardará en aumentar. Doy un pie fuera de la habitación y me encuentro con un menor de unos siete u ocho años llorando en el suelo. Me acero a él y lo tomo en brazos.

-Estas solo? –le pregunto mientras lo acuno en mis brazos.

 El chico solo asiente y entierra su rostro en mi cuello mientras sigue llorando. Me levanto con el chico en brazos y lo llevo a mi camarote, donde Franco sigue abrazado a su oso mientras llora en la cama.

-Quédense juntos un momento –dije mientras bajaba al chico en la cama junto a Franco –Debo ver que pasa, ahora vuelo. No salgan del camarote ¿de acuerdo? –beso las mejillas de ambos y salgo del camarote, cerrando detrás de mí la puerta con llave.

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Hola lectores!

Solo quería volverles a recordar que mi nueva novela titulada "Sed de Venganza" ya esta disponible en mi perfil. Agradecería mucho mucho que se pasaran y le dieran una oportunidad.

Eso es todo!

Saludos! ❤ ❤ ❤ 

Escapando de la Gran SociedadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora