Capítulo 19: Buscando al verdadero traidor

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-No volveré a repetirlo -digo mientras me froto las sienes y me concentro en mantener la calma- yo no me puse en contácto con la Gran Sociedad ni les avisé que iríamos. Jamás pondría la vida de cualquier rebelde en peligro. Nunca desde que llegué entré en la sala de monitores para ponerme en contácto y no tengo ni idea de como es que ellos se enteraron -apoyo la espalda contra la pared detrás de mí y me deslizo lentamente hasta quedar sentada en el suelo. Luego continuo sin volver la vista hacia ellos- deben creerme cuando les digo que no tengo ninguna razón para traicionarlos y ayudar a esos idiotas que dirigen el gobierno -suspíro y vuelvo la cabeza para fijar los ojos en cada uno de los líderes que están al otro lado de los barrotes antes de seguir- ustedes son mi familia ahora y la familia siempre está primero para mí. Deben creerme cuando les digo que estoy igual o incluso más desesperada por recuperar a Chase y Brandon, ellos son mis amigos, jamás los entregaría.

Brian, Ethan y Diego han venido a verme temprano por la mañana para empezar con el interrogatorio. Entre los tres me bombardearon de preguntas sobre para que me han mandado aquí los de la Gran Sociedad, que información les he pasado ya, cuales son mis siguientes ordenes, etc. Intenté responder las primeras preguntas, negándolo todo, diciéndoles que no sabía de que me estaban hablando, pero ellos no me escuchaban, solo seguían preguntando cosa tras cosa y no prestaban atención a mis respuestas si no eran las que querían ellos escuchar.

Los tres hombres me miraran por un largo rato, absorbiendo mis palabras. Luego Brian suspira y apoya la cabeza contra la pared del pasillo y cierra los ojos.

-Esto no tiene ningún sentido -dice- estamos perdiendo el tiempo.

-Estoy en total acuerdo contigo -le digo. Despego mi espalda de la pared, me cruzo de piernas y me giro para quedar sentada frente a ellos.

Diego y Ethan me lanzaron sus peores miradas y yo solo me encogí de hombros.

-Ya que dices que ahora somos tu familia, podrías cooperar con nosotros y ayudarnos recuperar a nuestros hombres y a traer las provisiones de vuelta -dice Ethan- solo deja de hacernos perder el tiempo y dinos toda la información que tengas de ellos. Si lo haces, si nos ayudas, te dejaremos libre y todo volverá a ser lo de antes. Pero si no nos ayudas no nos quedará más remedio de tomar medidas drásticas para deshacernos de ti.

Grito de frustración y me pongo de pie de un salto. Siento como mi rostro se vuelve rojo de ira y mi respiración se acelera. Pongo mis manos en puños y miro a los líderes con una mezcla de odio, irá y desesperación, desesperación porque entiendan que yo soy inocente.

-¿¡Acaso ninguno de ustedes escuchó nada de los que les estuve diciendo las últimas horas!? -grito ya perdiendo totalmente la calma- ¿¡Tan idiotas y ciegos son!? -avanzo hasta los barrotes y los tomo en mis manos, acercando mi rostro lo más posible a ellos- yo soy inocente, no tengo nada que ver con el maldito gobierno y con la mierda que sucedió en el almacén la última vez. Mientras que ustedes están ahora aquí, interrogándome con preguntas estúpidas de las cuales no se interesan en las respuestas que les doy ya que son diferentes a las que están esperando oír, Chase y Brandon están en peligro y ¡el verdadero traidor está haciendo dios sabe que allá afuera!.

Los tres me miraron atónitos y en silencio por un momento. Brian endereza y tras acercarse a sus compañeros, le susurra algo a cada uno de ellos y que por desgracia no pude oír. Los tres hombres intercambian una mirada y luego Ethan y Diego se van, desapareciendo por el largo y oscuro pasillo.

Aquí abajo, en las celdas, no hay ventanas y el sol no ilumina, dejando que solo unas antorchas iluminen la oscuridad de estas cuevas subterráneas.

Una vez que ellos dos se fueron, Brian vuelve si vista hacia mí y siento cono su azulada mirada me atraviesa, viendo cada rincón de mi interior. Yo solo me quedó allí, sin apartar la mirada de la suya, tomada con fuerza a los barrotes sin decir palabra, esperando a que él dijera algo primero.

Escapando de la Gran SociedadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora