32. Hyuk

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Kibum se puso de pie y me miró fijamente. Él parecía estar bastante enojado.

—Fue la película más horrorosa que vi en mi vida... y no quiero volver a verla nunca más —me dijo hablando rápido.

—No me pareció eso, cuando me pediste que volviera a ponerla —le dije sonriente.

Su boca y sus ojos se abrieron indignados.

—No puedo creer que hayas dicho eso —me acusó.

—¡Ya basta! —dijo YoungJae mientras se ponía de pie también. Yo también lo hice — ¡No entiendo nada de lo que dicen! ¡Ya me cansaron! ¡Arréglense, peléense! ¡Vayan a tener sexo por ahí, a ver si se les quita lo insoportables!

Se fue dejándonos solos. Apreté los dientes ante lo último que había dicho mi primo. Si él supiera que ese es el problema.

—Quiero que te mantengas alejado de mí, o si no vas a arrepentirte, ¿escuchaste?

—Sólo dime una cosa...

—¿Quieres saber si lo disfruté? ¿Si lo gocé? Sí, sí lo gocé, lo disfruté, eres toda una maquina lujuriosa... Pero no quiero volver a repetirlo —me dijo y comenzó a caminar para salir de la cafetería. Mis piernas tardaron un poco en responder a la orden de mi cerebro, para seguirlo. Pero lo hicieron y corrí hasta alcanzarlo.

—Solo quiero saber qué demonios te pasa —le dije, mientras lo tomaba con cuidado del brazo para que dejara de caminar —No entiendo porque actúas de esta manera...

—¿Qué? ¿Acaso quieres que siga alimentando tu ego? —me preguntó y soltó una leve risa irónica —Ya está Jong, lograste lo que querías conmigo. ¡Me acosté contigo! ¡Un aplauso para el señor, por favor! —dijo elevando su voz y aplaudiendo un poco —¿Y ahora qué quieres?

—Yo... yo no lo sé —le dije perturbado por sus palabras.

—Ahora, que venga el o la siguiente ¿verdad? —me dijo. Lo miré fijo a los ojos – Así es como funcionas y yo no pretendo poder cambiar eso.

—Quiero estar bien contigo, Kibum —le dije soltando un suspiro.

—Está bien, está bien, aquí no pasó nada... ya no quiero peleas, ni vueltas, ni enredos. Solo que ya no sigas... olvídalo, yo ya lo olvidé —me dijo.

—Pero si pasó... y yo no quiero olvidarlo... no puedo —dije bajando un poco más el tono de mi voz en las últimas dos palabras.

—¿Y qué quieres que haga? —me preguntó y vi como sus ojos se humedecían. Sentí una presión en medio de mi pecho —¿Qué me acueste contigo cada vez que tengas ganas?

Apartó su mirada de mí y miró hacia el suelo. Un nudo se había formado en mi garganta, haciendo que me costara un poco hablar y hasta tragar mi saliva.
Con un poco de duda me acerque a él. Tomé su rostro con mi mano e hice que me mirara a los ojos. Sus ojos estaban poblados de lágrimas. Cristalinos y vidriosos.

—Para ser honesto eso... me haría muy feliz —le dije. Una lágrima no pudo quedarse en su lugar y resbaló fría por su mejilla. Aquella imagen me destrozó por dentro. Con uno de mis dedos la sequé suavemente —Pero jamás te lo pediría.

—Ya no sigas más, Jonghyun... aunque no parezca me haces daño.

—Yo no quiero hacerte daño.

—Entonces... ya déjame, por favor —me pidió y comenzó a salirse de mi agarre.

Lentamente comenzó a alejarse más y más. Hasta que estuvo lo suficientemente alejado de mí, se dio vuelta y comenzó a caminar por el largo pasillo. Yo solo me quedé ahí mirando como él se perdía por el camino.

Arriesgada Adicción • JongKey  [ADAPTACIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora