Se sentó a mi lado en los pies de la cama. La habitación lucía igual a como la habíamos dejado, hacía unas horas. Estaba demasiado nervioso. Sabía que algo iba a intentar mencionar después de lo que habíamos hablado ayer, de lo que no tenía certeza, era de lo que él sentía acerca de ello. Le confesé todo lo que me provocaba realmente cada vez que me abrazaba frente a miles de personas, cada vez que su sonrisa se hacía presente cuando mencionaba algo gracioso, el porqué de cuando su mirada se encontraba con la mía, mis mejillas se tornaban rojizas automáticamente.
Su pierna estaba en contacto con la mía y su mano, que se encontraba en la suya, se deslizaba hacia mi rodilla, despacio. Mi respiración comenzaba a acelerarse lentamente, éramos nosotros dos, esta vez, nadie más. Sin fotos ni cámaras grabando, sin gente. No había que "vender" nada, no había razones de sonreír falsamente, tampoco de posar para alguna fan. Me limité a contemplar su mano y cuando la misma se ubicó finalmente en mi pierna, miré fijamente sus ojos (que ya estaban observando mi rostro desde antes, sólo que procuraba evitarlos). Relamió sus labios y pude notar que bajó su mirada a los míos, tragué saliva intentando esconder mis propios nervios, al mismo tiempo que intentaba entender la situación. Su cuerpo comenzó a inclinarse, acercándose cada vez más, acortando los centímetros. No quería moverme, no quería reaccionar de que él estaba tomando la iniciativa de algo arriesgado por primera vez, pero tampoco podía permitir que esto pasara. Teniendo sus marcados, bonitos y finos labios a milímetros, decidí detenerlo.
—¿Qué haces? Esto podría costar mis sueños... Y los tuyos. —musité apenas, apartándome sólo unos centímetros.
—¿Y qué pasa si eres uno de los míos? — contestó susurrando sobre mis labios.
Al oír esas pocas palabras, me quedé helado y con algo de dificultad para respirar, comencé a crear posibles respuestas que me sacaran de este momento. No sabía cómo reaccionar, no sabía qué pensar. Por un lado, mi cuerpo entero temblaba como una hoja, mis piernas se aflojaron y en cualquier momento caía rendido a cualquier cosa que me pidiera que hiciese por él. Y por el otro, sabía que esto estaba mal, que podría atrasar todos y cada uno de mis anhelos, todo por lo que vengo trabajando duro hace tiempo, esto puede ser demasiado peligroso.
—Kim, yo... — Me detuvo su mano, que ahora mismo estaba sosteniendo mi mentón.
Intentó con la misma levantar mi rostro y no pude hacer más que subir mi vista hacia la suya, al mismo tiempo. Y ahí estaba, su perfecta, delineada y admirable sonrisa. Preciosa y exclusivamente para mí. Sus pómulos altos brillaban como de costumbre y lograban esconder aún más sus ojos, que también parecían sonreír. No era momento de apreciaciones, pero no podía controlarlo, realmente me sentía cautivado, además estaba tan cerca. Su tono suave y seguro de voz me sacó de mis pensamientos.
—No quiero que pensemos qué pasará después... Sólo por unos segundos. ¿Está bien?
No pude musitar palabra alguna, sólo me limité a asentir una vez con algo de miedo.
Perdí su mirada fija, ahora sus ojos se posaban en mi boca. Inevitablemente la abrí apenas para suspirar y el soltó una risa por lo bajo. Bajé la vista avergonzado y tímido, luego de unos segundos, comencé a percibir su respiración que chocaba con mi boca, dando señales de que estaba muy cerca, porque yo aún no me animaba a mirarlo. La misma estaba algo agitada y entrecortada, se notaba un poco nervioso, pero aseguro que no era más de lo que yo traía encima. Por mi cabeza pasaban millones de situaciones en segundos, abrazos, palabras, cumplidos y cosas que habíamos vivido, pensaba sellar todas y cada una de ellas con este momento.
Por fin, sus labios rozaron los míos con suavidad. Sentía como al mismo momento mi corazón quería salir de mi pecho y miles de cosquilleos se formaban en la boca de mi estómago. Llevé mis manos a su pecho, que se movía rápido a causa de su respiración. Con mi pulgar dejé leves caricias en él y me dediqué a corresponder sus labios, que permanecían inmóviles. Los capturé con los míos cuidadosamente, cerrando mis ojos. Duró solo unos pocos segundos.
Me separé apenas y no creí poder mirarlo fijamente de nuevo.
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If it were real. [ONE-SHOT]
Hayran Kurgu¿Qué haces? Esto podría costar mis sueños... Y los tuyos. © fuckingpxser 2017