¿Quién fue Jack el Destripador?
Todo un misterio, ya que su verdadera identidad nunca se supo. Aunque todas las hipótesis y descripciones policiales apuntaban a James Maybrick, pero jamás se encontraron pruebas definitivas para que lo inculparan.
A finales del siglo XIX, Londres, la capital inglesa, era la metrópoli del imperio inglés. La zona más marginal la componían los barrios bajos al este londinense, el llamado East End. El otro lado, West End, era donde habitaba la clase alta inglesa. Pero dentro de los barrios bajos de East End se ubicaba el distrito de Whitechapel, uno de los más pobres y conflictivos. Es aquí donde nuestro amigo tuvo nuestro coto de caza durante 1888.
Jack el Destripador era un hombre de mediana estatura, iba muy bien vestido y solía frecuentar las calles del barrio de Whitechapel (Londres), calles oscuras y nebulosas, alumbradas por pequeños farolillos y velas. Era en esas noches cuando Jack acudía para visitar a las prostitutas, que abundaban en aquellas calles del Londres más marginal.
Sus crímenes pronto se harían famosos, envolviendo en miedo las calles de Whitechapel. Sus víctimas se encontraron en un estado desolador. El asesino, con la precisión de un magnífico cirujano de la época, abría en canal a sus víctimas, dejando a la vista todo lo que llevaban dentro.
Las viscerales imágenes con las que se encontraron los testigos de aquellas atrocidades solo eran comparables con la expresión de los rostros de sus víctimas. Preocupados por la situación que provocaban los crímenes, un grupo de comerciantes crearon el llamado Comité de vigilancia de Whitechapel; su presidente George Aldin Lusk sufriría un buen sobresalto el 16 de octubre de 1888, en su propio domicilio, cuando al abrir la caja de cartón que recibió vio que en ella había un riñón humano conservado en alcohol.
Acompañado al souvenir había una nota con letra irregular, tosca y plagada de errores gramaticales: Desde el infierno, Mr. Lusk: Señor. Le envió la mitad de un riñón que le saqué a una mujer. La otra mitad la freí y me la comí, estaba muy buena. Puedo mandarle el cuchillo ensangrentado con que lo saqué solo si espera un poco. Firmado. Atrápeme si puede, Mr. Lusk.
Martha Tabram fue encontrada tirada en la calle, sobre un gran charco de sangre la mañana del 7 de agosto de 1888. Su cuerpo presentaba 39 heridas de arma blanca. La crueldad de la matanza, junto con el hecho de que se había llevado a termino sin que nadie escuchara el mínimo ruido, fue objeto de considerable confusión y preocupación en la zona.
Su segunda víctima, Mary Ann Nichols, fue encontrada sin vida la madrugada el 31 de agosto. El cadáver reflejaba que en el momento homicida se llegaron a utilizar dos cuchillos que podían ser instrumentos de cirujía, lo que hizo pensar que se tratase de un médico.
Annie Chapman fue asesinada el 8 de septiembre de 1888; su cuerpo había sido minuciosamente destripado y presentaba un corte en la tráquea.
Elizabeth Stride, asesinada el 30 de septiembre de 1888 de forma brutal, su cabeza estaba casi completamente separada del cuerpo, destripada (al igual que las demás) pero de una manera profesional, lo que delataba que el asesino tenía conocimiento de cirugía.
También el 30 de septiembre fue hallada en Mitre Square, Catherine Eddowes. La encontraron con la nariz mutilada, degollada y abierta en canal desde la vagina hasta el esternón. Jack el Destripador, le extrajo el útero que ocupaba un feto, sí, Catherine estaba embarazada. Al cadáver también le faltaba un riñón que más tarde recibiría Mr. Lusk.
Se comentaba que el asesino llevaba los cuchillos en una bolsa de cuero negra y que tenía los saberes prácticos de un médico; eso sin duda, ya que cirujanos que intervinieron en las investigaciones judiciales así lo aseguraron.
El 28 de septiembre, la agencia estatal de noticias recibió una nota firmada por el propio Jack el Destripador: odio a las prostitutas y seguiré destripándolas hasta que me canse.
Esta era su justificación. Las odiaba, pero, ¿por qué?. Este mensaje alarmó a la población londinense del siglo XIX.
Un día después, la agencia central de noticias de Londres recibió otra nota, pero esa vez escrita en tinta roja y en la que Jack relataba que había sido sorprendido cuando se disponía a mutilar a la primera víctima de aquella noche, y que la segunda gritó y estuvo a punto de ser descubierto. Estas notas escritas poco después de cada brutal asesinato reflejaban sin duda las ganas de Jack por hacer saber al mundo lo que era capaz.
Pronto Scotland Yark siguió sus pasos y las únicas conclusiones a las que estaban llegando eran que el asesino podía ser un medico o incluso llegaron a pensar que podía ser un agente ruso que se burlaba de las autoridades londinenses.
La última víctima, Mary Jane Kelly, de 25 años, fue vista por última vez por George Hutchinson, quien aseguró que la acompañaba un hombre de estatura media, bien vestido con sombrero de caza y un bigote rubio.
A Mary Jane la encontraron en la habitación de la calle Miller' s Court 13, tendida sobre la cama, boca abajo, desnuda y con las orejas, la nariz y senos arrancados.
Hubo gente que aseguró que Jack el Destripador era un famoso médico que vengaba la muerte de su hijo, quien había contraído una enfermedad con prostitutas. Incluso se dijo que el asesino podía ser algún miembro de la familia real, concretamente Edward, el duque de Clarence, hijo del rey Eduardo VII que murió a los 28 años, curiosamente poco después de los asesinatos.
A pesar de los testimonios y las numerosas pruebas, la identidad de Jack el Destripador seguía envuelta en el más oscuro de los misterios. Pero los rumores de la gente del barrio de Whitechapel parecían esclarecer el enigma y todo apuntaba que el hombre que realizaba esos brutales asesinatos fuera alguien de la alta sociedad, alguien que por mucho que se hiciese nunca podría ser condenado, ¿alguien como James Maybrick?
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Tienes miedo ? ...
HorreurEste libro se trata de historias de terror REALES , no reales, leyendas urbanas, arruinainfancias y rituales.