Carta N°4

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Hola, Daniel:

Después de unos días me convencí de la idea de que nunca hablaríamos y que sólo podría observarte desde las sombras. Por esa razón me sorprendí con lo que sucedió ayer.

Flashback

<<Odio las matemáticas ¿Quién las necesita?>> me repetía intentando resolver los malditos problemas en la hoja frente a mi sobre mi escritorio.

En ese momento estaba molesta conmigo misma por mis frustrados acercamientos hacia Daniel como para agregarle mi incapacidad de pensar para las matemáticas. Resoplé frustrada mirando con enojo la hoja con problemas sin resolver.

-¡¿Quién necesita las matemáticas?!- dije mirando el techo.- ¿Por qué no me matas y acabas con mi sufrimiento?

Estaba tan molesta que no noté que mi ventana estaba abierta y que mi grito al cielo había sonado más fuerte de lo que pensé.

-Técnicamente todo el mundo las necesita y creo que prefiero morir sin dejar ningún asunto pendiente que me atormente hasta en la muerte.

Sorprendida mire esperanzada el techo.

-¿Dios?

-Cerca, pero no.-dijo alguien al otro lado de la ventana provocando que confundida me levantara de mi asiento para ver a través de ella. Me quede petrificada frente a la persona de la ventana del frente con los brazos apoyados en el marco de esta.-Buenas noches Emma.

-Daniel.-dije en un susurro apenas audible.

Estaba en frente de mí con lentes de pasta negra, más hermoso de lo que pensaba. Esa era la primera vez que lo veía con ellos ya que en clases ni siquiera había visto sacar un estuche de la mochila, y créanme cuando les digo que lo he observado bastante.

Ante mi repentino silencio volvió a hablar.

-¿Problemas con matemáticas?

-¿Problemas?-dije resoplando frustrada.-estoy reconsiderando la idea de vivir debajo de un puente para alejarme de ellas.

Lo vi fascinada mientras lanzaba una gran carcajada. Cuando su risa cesó aparte mi mirada rápidamente al ver que me había notado viéndolo embobada. Agradecía el ser de esas chicas que difícilmente se sonrojaban. Aclarándome la garganta hablé intentando desviar su atención.

-¿Usas lentes?

-¡Ah! ¿Estos?-dijo quitándoselos para darle lugar a sus hermosos ojos mieles. Hizo una mueca antes de hablar.-los uso solo en casa. Tengo muy mala visión por lo que para ir al instituto recurro a las lentillas.

-Los lentes no te quedan mal.-al ver sus sonrojadas mejillas entré en la cuenta de que lo había dicho en voz alta.-me refiero a que las lentillas deben ser incómodas comparadas con esos.

-Lo son.-dijo levantando levemente las comisuras de sus labios.

De repente escuchamos el leve crujido de algo rompiéndose antes de oír a alguien gritar: "Zack no toques los vidrios con las manos desnudas. Le dije a tu hermano que te cuidara mientras preparaba la cena ¡DANIEL!".

Presencié el cambio repentino del susodicho de relajación a terror en un momento.

-Debo irme, nos vemos Emma.-dijo cerrando su ventana.

Suspirando agité mí mano a los vidrios de su ventana cubiertos por las cortinas azules marino de su habitación.

-Adiós Daniel.

Fin del Flashback

Sonrío al pensar en lo hermoso que te veías incluso con lentes. Te diría que deberías usarlos más seguido, pero me encanta pensar que sólo yo te vi con ellos.

Atentamente: Tu nerviosa admiradora.

Hola, DanielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora