Capítulo 1: "Estoy Muerta."

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Recojo todos mis materiales al escuchar la campana sonar indicando el final de la clase de arte. Salgo del salón no sin antes haber colocado cuidadosamente mi carta N°18 en uno de los libros que llevo en mis manos.

Debo admitir que no pensaba escribirla en el instituto, pero verlo dibujar hizo que inmediatamente quisiera decirle todo lo que escribí en la carta. No podía guardarlo hasta llegar a mi casa, debía hacerlo en ese momento, en el que sentía que estaba inspirada.

Lo bueno fue que esa era una de las pocas clases que no comparto con Lenah, por lo que pude escribirla sin ninguna clase de interrupción. Ella es la única persona que sabe de las cartas, pero eso no quiere decir que las haya leído.

Para estar segura que aún sigue dentro de mis libros me detengo en uno de los pasillos con pocas personas alrededor y abro el libro en la página en la que guardé la carta-la había doblado en uno de los extremos para no perderla-, en un principio comienzo a alarmarme al comprobar que algo no está bien. Asustada me acuclillo en el suelo abriendo cada uno de los libros manos en busca de aquel pedazo de papel y...

-No está.-digo alarmada.

Entrando en razón, levanto todos los libros del suelo y vuelvo sobre mis pasos en busca de la carta. Avanzó observando cada rincón hasta que finalmente me detengo frente al salón de arte, la puerta está abierta por lo que no es necesario entrar para ver lo que ocurre adentro. En ella se encuentra Daniel, pero eso no es lo que me sorprende ya que siempre es el ultimo en salir cuando tenemos arte.

No, eso no llama mi atención, lo que me deja completamente petrificada es el pequeño papel con marcas que dan indicio de que ha sido doblado -lo suficiente para meterlo en uno de mis libros-, que sostiene en sus manos. 

Era mi carta.

Reaccionando ante la escena frente a mis ojos apoyo mi cuerpo en la pared al lado de la puerta y asomando medio cuerposolo lo veo leyendo lo que puede convertirse en mi perdición.

Me preparo para lo peor cuando veo una sonrisa surcar su rostro. ¡Esperen! ¡¿Está sonriendo?!

Lo veo a punto de levantar su mirada de la carta y preparándome me aparto lo suficiente para volver a quedar camuflada por la pared. Fueron cuestión de unos minutos para verlo salir por la puerta y caminar en frente de mí. Estoy a punto de suspirar aliviada cuando por el rabillo del ojo lo veo detenerse abruptamente. Gira sobre sus talones posando sus ojos en mí con expresión confusa.

-¿Emma?

Sin que lo note tomo una leve bocanada de aire antes de hablar.

-Daniel.-digo tratando de actuar normal.

-¿Qué haces aquí?-dice con la carta aún en su mano, trato que mis ojos no vayan hacia esa dirección ya que sería fatal que me descubriera.

-Se me olvidó algo en el salón.-digo encogiéndome de hombros-¿Y tú?

-Estaba terminando el trabajo de clase-levanta la mano con la carta-¿Sabes de quién es esto?

Tratando de actuar confundida la tomo en mis manos. Bastó con sólo ver la letra para que entrara en pánico, si él supiera que esa es mi letra estoy muy segura que moriría. Esa fue una de las cartas que contenía mucho más de lo que me hubiese gustado contarle a otros. Definitivamente estaba frita.

Levanto mi mirada del pedazo de papel volviendo a entregárselo.

-No, lo lamento.-digo luciendo falsa pena. Ante mi respuesta veo un destello de desilusión en su mirada, así que me es imposible contenerme de preguntar:-¿Por qué quieres saber de quién es?

-Curiosidad-dice no muy seguro de su respuesta- debo irme, nos vemos luego Emma.

-Adiós Daniel.

Y con eso veo como se aleja por el pasillo. Una vez que lo pierdo completamente de mí campo de visión suelto el aire que no sabía que estaba reteniendo y deslizándome por la pared detrás de mi término sentada con mis piernas estiradas y mis brazos inertes a mi lado. Eso estuvo cerca.

-Estoy muerta.-digo asustada.

Hola, DanielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora