Carta II: • E l v a c í o •

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¡Hola!

¿Cómo estas hermosa?

Soy yo quien te habla, ¡Tu mejor amigo! ¿No sabes quien soy? Oh cariño, soy el que está contigo cada noche, el único que se puede meter en tu bella, pura e inocente mente, el único que limpia tus lágrimas, el único que te hace sentir tan inútil.
Soy yo ¿No me reconoces aún? Soy el vacío que te consume, hermosa.

Recibí la carta que me enviaste, quiero decirte que tus "Quizás" son patéticos.

Yo estoy ahí siempre, siempre, debes de saberlo. No lo dudes.

Estoy ahí desde el día en que tu hermana te dijo el primer insulto, desde el día que te quitaron esa muñeca, desde el día en qué estafaron a tu familia, desde el día en que tu padre enfermo, desde el día en que él murió.

He crecido mucho, gracias a ti, lindura.

Nunca te dejaré, estaré ahí en cada meta para decirte que solo fue suerte, para decirte lo patética que eres y lo inalcanzable que son tus sueños.

Estaré ahí en cada pesadilla, en cada sollozo, cada lágrima, nunca le haré llegar tus cartas ni tus palabras a quienes más desees mandárselas, ahora solo hablas conmigo y escribes para mi.

No te preocupes, yo te quiero y juntos haremos muchas cosas.

Muy pronto te escribiré más, te llamaré en las noches de soledad y te veré en tus sueños de agonía, porque solo yo soy tu compañero, tu único amigo, el único que estará para ti porque todos se irán, porque a nadie le interesas de verdad, solo a mi.

Hasta la próxima, hermosa.

- Con amor, tu confidente, el que habita en tu corazón: El vacío.

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