Vacío

Carta IX: • No entiendes. •

No lo entiendes hasta que lo vives.

Preciosa, ¿cómo estás? Supongo que mal, si estoy presente definitivamente estas mal.

Vi que quitaste todas las fotografías y adornos de tú cuarto, patética.

Bueno, ahora tú cuarto está como tú...vacía.

Y aún así nadie se dio cuenta.

Tú música se hace más fuerte, comes menos, te apartas cada vez más y...nadie lo nota, y eso te duele.

Por primera vez sabes que es querer llamar la atención.

Pues aveces solo necesitas que se trate de ti, por lo menos un segundo, pero como no es así...entró yo a darte toda mi atención.

No te preocupes por todo lo qué quitaste, pues las fotos son recuerdos, pero al final del caso las fotos se terminan rompiendo, tirando...igual que los recuerdos.

Aún recuerdo el día que llegué a ti, tú también lo recuerdas.

Ese día tenías dolor de estómago, despertaste más temprano de lo normal, te encontraste a tú madre llorando en la sala y ¡BUM! Llegue a ti en un abrir y cerrar de ojos.

Al darte esa noticia yo me apoderé de ti como la obscuridad se apodera del cielo cada noche.

Desde ahí todo cambio, no volviste a ser la misma chica llena de alegría y emoción.

Es una pena pues esa sonrisa te quedaba bien, pero ha decir verdad las lágrimas que llevas en tus ojos no te sientan mal.

Me encanta como cada que recuerdas ese día sientes tus ojos arder y tu garganta apretarse, justo como la primera vez que estuve dentro de ti.

Debo admitir que tú alma es un lugar cómodo de vivir.

Así que no te dejaré, amor mío.

Porque el vacío te abraza...
El vacío te absorbe...
El vacío te ama y no te va a soltar.

Te veo en tus pesadillas, hermosa.

- El vacío.