¡Quiero un gordito para Llevar!

¿Has probado la "Carne de oso"?

—¿Puedes creer lo que me está pasando? ¡Saldrá esta noche con otro hombre! ¡Con su otro admirador! En cambio yo prácticamente me le declaré y me mando a volar... De una forma muy educada, pero dolió igual...

—Bueno, el asunto se solucionó solo. Este fin vamos a lo del yate y la playita y te consigues otro "culito" ¡Y listo! Abandonas esa estúpida idea de salir con tu tipo nulo.

—¡No! ¡Tengo que buscar la forma de que salgamos! No me lo voy a dejar quitar, él no es cualquiera chico, sé que no me crees, ¡Nadie me cree! Pero, me gusta. Es sólo que...no sé cómo entrarle. Sé que me rechaza porque piensa que estoy jugando o que sólo le coqueteo para burlarme de él, pero no es así. ¡Ya hasta el resto del equipo me odia por eso!

—¡Son las "señales", Ian! ¡Lee las "señales!

—¿"Señales"? ¿De qué?

—De que la vas a cagar...como siempre. Sabes mi papá siempre decía que "cada oveja debe andar con su pareja". Eso quiere decir que uno debe relacionarse con personas iguales a uno: Misma cultura, misma apariencia, misma religión, un mismo nivel intelectual y económico, y así. Cuando rompes ese "estándar" comienzan los problemas, las discusiones, las diferencias empiezan a hacer mella en la vida de cada uno y... ¡El desastre! Ian, tú no necesidad de eso.

—¿Sabes lo que estás diciendo? ¡Es ABURRIDISIMO! ¿Qué chiste tiene enamorarse de alguien que es tan igual a ti? ¿Dónde está lo divertido, lo impredecible, lo caótico? Amar es un riesgo, uno apuesta el corazón en cada jugada y sabes que lo puedes perder; pero eso hace el juego excitante. Y cuando ganas, ¡lo haces en grande!

—En serio, Ian; ¿Qué droga te estás metiendo? Te he oído hablar un millón de estupideces pero últimamente ya te perdimos... ¡Olvida al tipo ese y ya! Si vienes conmigo este fin de semana te aseguro que vas a conocer a alguien nuevo y te vas a volver loco por él.

—¡No! ¡Tú y yo tenemos una cita el viernes y vas a venir! ¡Te necesito! Y tengo que idear la forma de que no me vuelva a rechazar la invitación.

—¿Quieres que no te rechace la invitación? No lo invites a él, invita a su amigo, el que supone es mi "pareja" esa noche. Cuando su amigo sepa que se va a ver con alguien como yo se arrastrará al tímido. ¡Hecho! ¿Feliz ahora?

—¡Oye! ¡Tienes razón! Invitaré a Danny... ¿No lo recuerdas? Es el chico bajito de cabello negro y ojos café. Lo conocimos aquella noche cuando fuimos al "Rainbow" con Steven.

—¿El pequeño todo coqueto? Si...lo recuerdo. ¡No está tan mal! Es algo corriente, pero no es feo. Podría hacer el sacrificio. Pero, ¿cuál es su amigo que te gusta? ¿Ése chico no estaba solo esa noche?

—Eeeeeehhhmmm...no estaba solo. Luego él llamó a una chica y un...

—¡OH MI DIOS SANTO! ¿EL GORDO? ¿TE HAS VUELTO LOCO, IAN? ¡¡¡Es un tipo obeso y enorme!!!

—En realidad no es obeso, para su altura está bien su peso...quizás unos kilitos menos, y ejercicio...podría ser un hombre muy apuesto...

—¡Ni por un millón de años te dejaré salir con un hombre así! Ian, ¡no puedes enamorarte de un gordo! Son perezosos, tienen pésimos hábitos de alimentación, no cuidan su salud, algunos son lentos y estúpidos...ese tipo debe tener el trasero del tamaño de una ventana panorámica. ¡Tu madre se va a morir si se entera de que sales con un obeso!

—No, Scott, el señor Smith no es así. Bueno, si come muchísimo, y se desmayó una vez en el trabajo de forma inexplicable, pero no lo veo como alguien perezoso...aunque tiene una enorme cama con muchas almohadas y un colchón muy gastado...