Capítulo 58

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—Sereno, te estuvimos esperando —reclamó Ubaldo tan pronto lo vio en el comedor—. Si ibas a dormir en la habitación de Renato, podrías haber avisado. —Tras llenar su plato de comida, se sentó junto a Hansel—. Tú y yo tenemos que hablar seriamente sobre nuestra amistad.

Hansel lo miró un segundo antes de volver la atención a su desayuno. Edelmar soltó una risa malvada por el "desplante" de su hermano a Ubaldo. Almor sonrió negando con la cabeza. No entendía por qué Edelmar sentía celos por la amistad de Hansel con el desordenado chico. Aquello era bueno. Hansel no había tenido amigos antes.

—¿De qué te ríes? —gruñó Ubaldo, recibiendo una gran sonrisa maldita de parte del odioso hermano de su mejor amigo.

—No durmió con nosotros —comentó Renato, mirando de Ubaldo a Sereno—. Dormiste con Jasón y su hijo, ¿verdad? —preguntó con una sonrisa.

—No durmió con nosotros —dijo Jano, acariciando la cabecita de su gatita, que se hallaba escondida en un bolsillo de su suéter.

—¿Cómo? —preguntó Renato.

—¿Con quién dormiste? No me digas, ¿con el médico? ¿Desde cuándo son tan amigos? —Ubaldo le preguntaba, señalándolo con su tenedor.

—Ubaldo —dijo Federico, apretándole un muslo—. Esto no es un interrogatorio.

—No le has dado tiempo a contestar —dijo Renato, sonriendo a Sereno, que lucía un poco incómodo por tener toda la atención sobre él.

—Pensé que estaría con Jasón y su hijo, pero él se...

—Jano —dijo el chico, interrumpiendo a Ubaldo—. Me llamo Jano, no 'el hijo de Jasón'.

—Vaya, qué quisquilloso eres —bufó Ubaldo, recibiendo un apretón más duro en el muslo por parte de Federico—. Ay, ¿ahora qué dije?

—No soy quisquilloso —bufó el mencionado—. ¿Te gustaría que te llamara 'amigo de Hansel'?

—Soy su 'mejor amigo' —refutó Ubaldo—. Y claro que no me gustaría. Tengo un excelente nombre, escogido con mucho amor por mi señora madre...

—Hijo, baja la voz. Se te escucha desde el pasillo —lo regañó precisamente su madre, entrando al comedor con un grupo de familiares de Federico.

Edelmar soltó una carcajada. Ubaldo le sacó la lengua. Udolfo entraba corriendo con sus primos y hermanos, empujando a los adultos en su camino para llegar donde estaban sus tíos Federico y Ubaldo. Imja escogió ese momento para escaparse del bolsillo. Jano gritó cuando vio que los niños iban a arrollar a su gatita.

De repente, todos se movían y gritaban. Algunos porque creían que aquello era una 'rata' en la nave y otros porque querían evitar una desgracia.

A segundos de Imja ser arrollada y, como consecuencia, asesinada, la gatita se elevó en el aire. Y se hizo un silencio sepulcral. Los nuevos miembros en la nave estaban aterrados. Ubaldo, Renato, Federico, Sereno, Agatón y Jasón miraron de inmediato a Hansel, que desayunaba tranquilamente.

—Hijo —dijo Almor, observando a la gatita maullar mientras flotaba hasta los brazos de Jano—, estás asustando a nuestros nuevos amigos.

—No podía dejar que la atropellaran —dijo Hansel, encogiéndose de hombros.

—Gracias, Hansel —dijo Jano, besando la cabecita de Imja.

—¡Otra vez! —gritó Udolfo, aplaudiendo.

Los adultos miraban de la gatita a Udolfo y a Hansel, sin saber si salir corriendo o sentarse.

—¿Qu-qué pasó? —preguntó la madre de Ubaldo.

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⏰ Última actualización: Mar 17, 2017 ⏰

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