Capítulo 2.

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El día estaba algo nublado pero eso no sería un obstáculo para los deberes de Chihiro, sus padres hoy irían a trabajar un poco más tarde de lo normal lo cual era raro pero la castaña disfrutaba de su compañía, su madre preparaba el desayuno para la familia, mientras su padre leía el periódico como todas las mañanas

—Ya he terminado madre—anunció la castaña sentándose en la silla al lado de su padre agotada por los deberes

—Gracias Chihiro, ahora come—respondió su madre amablemente y con afecto sirviendo el desayuno

Chihiro hizo caso a lo que su madre dijo, entretanto sus padres conversaban ella se sumía en sus pensamientos, cada masticada le hacía pensar en el mal presentimiento que tenía algo malo iba a suceder dejo de pensar en aquello dedicándose solo a comer; al poco rato de acabar con el desayuno sus padres tomaron las cosas de trabajo para salir de casa, la TV estaba encendida justo en el canal del clima donde pronosticaban que llovería algo fuerte.

—Que mal tendremos tráfico de regreso—con una mano en la cintura y mirando el televisor hablo Yuko su madre quien se dirigió a su hija de 17 años—Chihiro si vas a salir al supermercado o al parque llévate paraguas no quiero que te enfermes—

—Mamá siempre dicen que lloverá y nunca se cumple—respondió con aburrimiento levantando los platos al fregadero para limpiarlos.

—Después no digas que no te lo advertí—

—Si mamá—sonriendo a la mujer—Estaré bien no te preocupes iré por las compras y regresare antes de que llueva lo prometo—

—Bien, gracias hija—

—Querida es hora de irnos—el padre miró a su hija—Chihiro obedece a tu madre, las madres siempre tienen la razón, cuida la casa nos veremos en la noche—

—Te queremos mucho Chihiro—Yuko y Akio abrazaron a su hija despidiéndose de ella

—Y yo a ustedes—correspondiendo el abrazo.

La castaña los acompañó a la salida vio cómo subían al carro, se despidió nuevamente moviendo su mano derecha de un lado al otro, poco después observó el automóvil perderse entre las calles miro hacia el cielo lleno de grandes nubes

—Tal vez esta vez sí tenga razón el del clima—entrando a su hogar

La castaña miro la televisión toda la tarde hasta que se percató de que tenía que hacer las compras de la semana, levantándose del sofá cambió su ropa para luego agarrar sus llaves y salir de casa

Compró lo necesario y salió del supermercado, la mala suerte llegó a ella pues la lluvia caía poco a poco recordando las palabras de su madre

—Última vez que desobedezco a mi madre—cubriéndose la cabeza—¿Por qué soy tan terca?—riéndose de sí misma—Sera mejor irme rápido así evitar mojarme tanto—

Inició su carrera rápidamente, se detenía en los locales para cubrirse y descansar pocos segundos después retoma su camino; entró a su hogar aunque toda empapada al igual que las bolsas, se cambió de ropa nuevamente no quería que enfermase como dijo su madre, otros minutos pasaron y bajó a la sala para terminar de ver su serie antes de quedarse dormida vio el reloj que marcaban las 11:15 pm

—Ha pasado mucho tiempo... Y todavía no han llegado—murmuró

Estaba muy preocupada la lluvia había subido de intensidad ocasionando accidentes en casas y carreteras, cogió el móvil marcando el número de su madre

Primer tono

Nada

Segundo tono

Nada

Tercer tono

Nada

Marco el número de su padre pero dio el mismo resultado ninguno de los dos contestaba, aun así mantenía la calma no quería estar paranoica, dio un brinco del susto cuando un rayo cayó cerca y el estruendo viajo a toda velocidad por las ondas sonoras.

Tocaron a la puerta tres veces, su corazón latía al mil ya sea por los rayos y la lluvia o por la preocupación de sus padres.

—Seguro son ellos tal vez se les olvidaron las llaves—su cuerpo temblaba acercándose a la perilla de la puerta

La esperanza se vino abajo al ver a su vecina Aiko junto a su esposo, los dos con la mirada al suelo hasta que la pelirroja levantó miró a Chihiro con tristeza y pena

—Chi-chihiro...—soltó un suspiro—Hay...hay algo que debo decirte y lamento tanto esto...—soltando unas lágrimas que caían por sus mejillas—Debido a la tormenta hubo un accidente en la carretera donde viajaban y ellos—ya no contuvo las lágrimas—Lo lamento—abrazando a la chica inmóvil

Esa noticia derrumbó todo en su ser, era mentira pensó varias veces, sus lágrimas caían por las mejillas, estaba en shock no podía articular alguna parte de su cuerpo o si quiera decir algo parecía que las cuerdas vocales dejaron de funcionar evitando a toda costa que hablase

—Lo sentimos tanto, Chihiro—El esposo de Aiko se unió abrazando a la chica 

El regreso de Chihiro. -[FINALIZADA]-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora