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El Trabajo

Sam: Querido amigo, traeme un concentrado de uvas con un toque de hojas de menta, y que sea rápido *golpeando la mesa*.
Jack: Jajaja... Sam, tienes algo entre manos, te conozco, escúpelo.
Sam: Exacto, acércate... Tengo el negocio perfecto para salir de nuestras miserables vidas.
Jack: Ehh, la verdad no me siento tan miserab.....
Sam: ¡Calla! Después de que escuches esto, querrás unirte a lo que será mi futura fortuna.
Jack: Ahh... Está bien, te escucho, pero si es una mala idea, considérame fuera de tu "millonario" plan
Sam: Escucha... venderemos silas amuscariadas en secreto a los nobles y nos dividimos las monedas, que dices?
Jack: Jajajaja Samus, Samus, si sólo comprarlas para su venta en el pueblo cuesta mucho más de lo que ganaremos, cómo piensas amasar una fortuna de esa manera? Es más, creo que quedarás peor que cuando empezaste.
Sam: Conseguí una caja llena de ellas, no preguntes, las venderemos a 200 monedas por unidad y así tendremos un inicio.
Jack: Hubieras empezado desde ahí, te recuerdo que si nos pillan vendiendo esto, nos encerrarán en los calabozos.
Sam: No te preocupes amigo, pienso venderlos aquí en la destilería y correré la voz para tener un negocio discreto.
Jack: Te das cuenta que pones en riesgo mi destilería? Si nos capturan, los líderes se adueñarán de mi negocio y estaremos encerrados.
Sam: Tranquilo, todo está pensado, seremos ricos en unos cuantos meses, solo debemos hacer buenos tratos y manejar con cabeza fría nuestros asuntos.

Sam hablaba como si supiera en lo que se iba a meter, la venta de silas era prohibido pero si hacías las cosas bien, tenías monedas fáciles entre tus manos. Los ciudadanos de El Puerto eran muy nobles y honrados, pero así como había gente buena, existían estafadores y ladrones, éstos trabajaban en la oscuridad de sus hogares ó se reunían en barcos para realizar tratos y discutir sobre algún nuevo trabajo.