La Anciana

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Vió lo que sucedía y se puso a forcejear pidiendo explicaciones del porqué se encontraba ahí:

Guardia: Que sucede aqui??
Jack: Cállese. *dándole un golpe en la quijada*
Sam: Eehh.... bien hecho?
Jack: Solo acabemos lo que empezamos.
Sam: Es cierto.

Sam y Jack pensando que se librarían de todo castigo, lo lanzaron al río creyendo que flotaría vagamente mas el cuerpo del guardia fué conducido por la fuerte corriente y al final cayendo por la cascada:

Sam: Nooo!!
Jack: Que sucede?
Sam: ¡El guardia cayó por la cascada!
Jack: ¡Entonces corramos! Mientras más lejos de aquí, seremos menos culpables.
Sam: Wow, nunca crei que te importaria más evadir la prisión que la vida de un tipo.
Jack: Sé que si te doy a elegir, te irás por tu libertad asi que solo corre.

Sam se sentía incómodo por lo que había hecho, era un tipo muy elocuente, astuto y a veces aprovechado, pero nunca un asesino. La Pasadena estaba alborotada por falta del dueño y se habia formado una gresca, lanzándose banquillos y botellas de vino, lo ocasionaron 2 borrachos porque uno se le comió la sila amuscariada al otro, entonces empezaron a destruir el bar.
Sam y Jack corrieron lo más que pudieron hasta llegar al negocio y al llegar se dieron cuenta de que había mucho ruido y la gente corría... uno de los buscapleitos había derribado una de las antorchas principales de la sala, cayendo sobre la ventana y quemando las salientes de paja del techo, iniciando así un fuego incotrolable.
Como casi todo el lugar era de madera y paja, el fuego abrasó la mayoría en poco tiempo, todos corría por sus vidas pero nadie intentó apagar las llamas a pesar de que el pozo se hallaba a unos metros de ahí, Jack se llevó las manos a la cabeza y sollozaba mientras veia su negocio arder:

Jack: Esto es mi culpa, no debí dejar la destilería.
Sam: Tranquilo Jack, no te preocupes, con las monedas de las silas podremos cubrir esto si?
Sam & Jack: ................¡Las Silas!
Jack: Espera! Sam, que haces?
Sam: Suéltame, ire a ver esa caja.
Jack: Desbe estar totalmente quemada Sam, no cometas locuras, además todavia está ardiendo la destilería.
Sam: Aahh! Maldición! Era lo único que teníamos para salir de esta miseria.
Jack: Y que lo digas, ahora yo me quedé sin trabajo.

De estar en la cumbre de su éxito, cayeron amargamente hacia el abismo de la miseria, eran unos simples vagabundos ahora, afortunadamente tenían un techo donde dormir pero no les alcanzaba ni para una simple manzana. Pensaron por muchos días y al final salieron de El Puerto y recorrieron los campos que se hallaban a las afueras de Hillberg, buscando trabajo o algún mandado como antes hacían, de pronto, preguntando de granja en granja se toparon con una anciana muy generosa, nada más al verlos les invitó a pasar, Sam se sintió extrañado, como si la anciana los estuviera esperando pero Jack agradecía que alguien les diera atención, la anciana les dió posada y les sirvió pescado cocido con dos panes y un vaso de vino, Sam y Jack asombrados con la gentileza de la anciana le preguntaron si deseaba trabajadores para sus cultivos, ella no lo pensó dos veces y les dijo que sí pero que antes de trabajar, ella necesitaba ciertos ingredientes para su caldo en la merienda, asi que les pidió a los jóvenes que hagan ese trabajo por ella, Sam y Jack aceptaron y emprenderían su viaje mañana en la mañana:

Sam: Hey, estás despierto?
Jack: Mm? Que quieres?
Sam: Sonará un poco paranoico pero, no crees que es muy raro que esa señora nos trate tan bien siendo unos completos desconocidos?
Jack: Neh, descuida, quizás solo se siente sola y necesitaba algo de compañía, además deberías dejar de pensar en eso y agradecer a los dioses que tienes trabajo.
Sam: Es verdad pero, hay algo aquí que no cuadra.
Jack: Duerme tranquilo, son solo ideas de medianoche, mañana estarás mas relajado, créeme.
Sam: Está bien.

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