Gabby estaba parada en la zona de vegetación más profunda. Si la pelea de los tres lobos en el patio trasero hubiera estado centrada en cualquier otra cosa aparte de sus propias gilipolleces, se habrían dado cuenta que alguien estaba en las cercanías. No es que hubiera importado. Estaban en territorio seguro. Incluso si alguien se hubiese topado con esta escena, no esperaría ningún peligro. Ella no era tan laxa con su seguridad personal y respiró hondo, sonriendo cuando escuchó pasos que se acercaban, el perfume del macho precediéndole.
—Oye, hermana —dijo en voz baja su hermano, Kade, mientras se colocaba a su lado.
Fiel a la costumbre lobo, había permanecido con otra manada desde los veinte y ahora había regresado a reemplazar a Baker, uno de los otros soldados que había decidido ir a vagar. Esta era la primera vez que veía a Kade en tres años y su corazón se alegraba de tener a su hermano gemelo en casa. Si bien estaba tentada de abrazarlo con fuerza, ambos estaban manteniéndose al margen de la pirotecnia detrás de la casa y por lo tanto no querían llamar la atención. No querían quedar atrapados en el medio de aquello. Habían aprendido bien esa lección a lo largo de los años.
—¿Cómo va todo?
Ella se encogió de hombros. La discusión ante ellos se había ido trasladando hacia la parte delantera de la casa y él la había seguido hacia la parte más alejada del patio mientras sus padres se alejaban.
—Como siempre. ¿Y tú?
Él inclinó la cabeza hacia un lado y ella gimió ante la mirada de "no digas estupideces" de Kade. No se iba a escapar de aquella.
—Corrígeme si me equivoco, pero nunca has aparecido en una de estas fiestecitas oliendo a dos hombres diferentes.
Gracias a los dioses por los jerseys de cuello alto
—Tuve un fin de semana divertido.
Había dejado a Harris y Ethan antes del amanecer a pesar de sus protestas y de que Harris le recordara su trato. Pero había abandonado sus obligaciones durante dos días y no podía demorar más su regreso. Había estado corriendo todo el día jugando a ponerse al día. Ni siquiera había tenido la posibilidad de venir al encuentro de Kade hasta bien entrado el mediodía y ahora no tendrían mucho tiempo para hablar. La manada iba a celebrar una fiesta improvisada para darle la bienvenida. Ella se encontraría con sus compañeros allí más tarde.
—Divertida y marcada son dos cosas diferentes.
—¿Quién dijo nada sobre marcas? —Lo miró echando chispas por los ojos. Hermano gemelo o no, él estaba confiando demasiado en su suerte.
—No podría olfatear a un hombre en ti si no fuera tu compañero —dijo con voz dura y fría, todo hermano protector. A ella se le vino a la memoria que si se hubiera quedado los últimos años, lo más probable hubiera sido que ocupara un lugar de mayor jerarquía en la manada que ella, y ella estaba cerca de la cima en el quinto lugar, después de Jonas. Se sintió incómoda al considerar que probablemente tanto Ethan como Kade podrían haberla desafiado por su posición hacía mucho tiempo. No obstante, por ahora Kade era solo su hermano, ella lo superaba en rango y esto no era de su incumbencia. Ethan... eso era una preocupación para otro momento.
—No es tu problema. Ni asunto tuyo.
Él bufó y señaló con la cabeza hacia el patio de atrás que habían estado evitando.
—Díselo a ellos.
—No es asunto de ellos tampoco.
Él se rió a carcajadas.
ESTÁS LEYENDO
Luna Hechizada • ¡A la tercera va a la vencida!
Người sóiGabby es una soldado de rango alto en la manada lupina de Redhawke y tiene un problema serio. De hecho, son tres: Los compañeros que se niega a reclamar, el lobo Ethan y el brujo Harris, y el celo sexual, que la lleva directamente a la cama de ellos...