Capítulo 10

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La cena fue silenciosa, calmada, creí que todos estaríamos felices de reencontrarnos pero, quizá toda la institución tenía la misma cara de tristeza que yo tenía al ver a Dipper ya que bueno, nadie se lo esperaba.

No sé realmente si eso era posible porque, por lo que cabe en mi ética y lo poco que conozco de moral humana, un paciente no podía salir a la calle llevando un atril de suero arrastrando consigo.

Sí, Dipper traía un suero conectado a su brazo y no sólo eso fue lo que me impactó, sino el hecho de que su cuerpo, su rostro, todo él, su amable y bondadosa figura fuera decayendo hasta poder verlo como una hoja de papel, blanco y delgado.

Se había sentado a lado de mí y conversó lo suficiente como para saber qué le sucedía.

¡Por poco muere de sobredosis! Un deja vú muy grande me vino a mí, Jack, quien de la misma manera llegué a verlo sólo una vez antes de su muerte me golpeó como daga al pecho sintiéndome por primera vez fuerte, mucho más fuerte que Dipper y eso era mala señal.

Me contó que estuvo internado durando dos días en el hospital y que se dio cuenta de lo solo que estaba sin mí, que ni Pacífica se atrevía a visitarlo y que sus padres o siquiera hermana lo llamaron, que mientras observaba como aquel pequeño tubo deslizaba el agua hasta llegar a su brazo se preguntó ¿Por qué la gente se enferma?

Que quería ayudarme, siempre lo quiso pero que pensaba que lo empeoraba y dejenme decir que eso no es cierto, siempre me ayudó, aunque él no lo viera siempre lo hizo.

Ahora según su médico, si no se cuidaba de forma adecuada, tendría que volverse dependiente del suero y una cama y mira que desde el momento en que entró, ya me causaba mala espina.

—¿Entonces qué haces aquí Dipper? Esto es malo, muy malo, deberías estar en cama ahora mismo para recuperarte...

—No Bill, ¿Sabes? Quizá ésta iba a ser mi última oportunidad de verte y no estoy diciendo que me vaya a morir, no, me refiero a que si descansaba lo que me recetaron ¿Cuándo iba a verte de nuevo? ¿Cuándo te contaría esto? ¿Y si regresaba y ya habías salido de tratamiento? No sé dónde vives, me bloqueaste en celular, ¿Cómo me reencontraría de nuevo?

—Yo... Yo supongo que... Algún día de hubiese vuelto a extrañar y te buscaría —Murmuré con algo de vergüenza porque sí, lo extrañé y demasiado.

Él rió, débilmente pero lo hizo, agarrando su cuchara y comiendo otro bocado de la cena tan especial que habían preparado.

—Pino yo... Me esforzaré, iré a visitarte diario para que pueda de alguna manera verte y que evites salir... Te ayudaré con las compras, incluso a bañarte, no te preocupes... Yo estaré para ti.

—Agradezco tu bondad Bill pero... No sé si seas capaz de ayudarme tanto, recuerda que tú también estás crítico.

Nunca nadie pudo abrirme los ojos de más, mas que Dipper; Ahí, fue cuando pude darme cuenta de todo lo que pasaba y de cómo terminaríamos ambos si uno no daba la iniciativa y ese sería yo.
Me di cuenta de que si quería alimentarlo, debía perderle el asco a la comida y aprender a cocinar. Que si quería bañarlo, debía ganar peso para poder ser capaz de levantarlo. Que si quería ir a comprar lo que él me pidiera de manera rápida, debía ejercitar para poder correr a comprar lo necesario.

Y me di cuenta de que si quería amarlo, debía amarme primero a mí sobre todas las cosas.

Inconexo {DippBill}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora