"Nadie toca a My Lady"

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Un día caluroso en verdad. Los alumnos se encontraban desechos intentando centrar toda su atención en la clase sin lograrlo. Sin embargo el calor era casi insoportable. Si no fuese por el aire acondicionado de seguro varios ya estarían entrando en coma.

Sin embargo una de los tantos alumnos que llenaban el salón, no se encontraba en buenas condiciones. Marinette sufría un liberó resfriado ¿como podía resfriarse en verano? Su cabeza dolía y su cuerpo ardía en miles de llamas provocándole un poco de fiebre que en esos momentos disminuía de a poco.

Adrián podía escuchar claramente los casi inaudibles estornudos de la chica, cosa que no le gusto ni agrado. Y que tal si en ese momento algún akuma atacaba. Ella no podría transformarse en ese estado.

Si. Ambos conocían sus identidades. Al principio todo fue raro entre ambos. Al chocar se siquiera se disculpaban, solo salían corriendo en direcciones opuestas. Si debían trabajar en equipo, la azabache pedía antes que el rubio la tarea y ella la realizaba sola entregándola con el nombre de ambos. Esto extraño bastante a sus amigos, pero no lograban revivir ninguna respuesta ante sus interrogantes. En base a las preguntas, marinette se apenava un poco y desviaba la mirada, en cambio Adrián se ruborizaba a mas no poder e inútilmente dirijia la conversación a otro tema.

Al pasar los días lo incomodo se esfumo y dejo como recompensa un par de buenos amigos que se conosian de a poco y seguros de que aun sentían algo por el otro. Claro esta que ninguno se confeso y no lo harían, por lo menos no en estos momentos.

Un fuerte pero adorable estornudo interrumpió la clase y la profesora dio permiso a la azabache para que saliera y se dirijiera a la enfermería por algún medicamento que pudiera ayudarla a estar de pie y consiente, por lo menos hasta que las clases terminaran.

Marinette salio decaída mente del salón y se dirigió a la enfermería. Sin embargo al ya estar adentro y esperando a la enfermera un fuerte bullicio se escucho. Gritos, una fina carcajada, algo derrumbándose, el inconfundible sonido de zapatos atropellando se para salir del lugar y un nombre que aclaro toda duda que la azabache pudo haber tenido.

—Clhoe Bouyuarck!

Inmediatamente e ignorando las advertencias de la pequeña Tikki la ojiazul se transformo y salio por una pequeña ventana para luego dar la vuelta al escuela y volver a ingresar a su salón por uno de los grandes ventanales.

Al momento en el que aterrizo pudo ver a Clheo indignada por aquella persona que osaba pronunciar su nombre de tal irrespetuosa manera. Para luego dirigir su mirada a un rubio que la miraba preocupado. Esta sonrió disimuladamente para tranquilizarlo, cosa que no logro.

La puerta se azoto y una joven de baja estatura entro en el salón. Su traje era compuesto claramente por figuras de papiro, dobladas para que asemejaran su unión a un vestido, su cabello era de un color opaco al igual que su atuendo y era recogido en dos altas y voluminosas coletas.

Todos los alumnos se colocaron rápidamente a salvo a espaldas de la heroína. Sorprendiéndose al escuchar un sonoro estornudo por parte de ella.

Esta se nego a entregar a la rubia a pedido de la villana. Esta fruncio el ceño y ataco. De su vestido una extrajo un arma de rayos, algo realmente inusual, y disparo a la heroína quien lo detuvo creando un improvisado escudo con su yoyó.

Estas combatieron entre piñas, patadas, ágiles movimientos, los constantes rayos y las esquivas de la azabache. Ante miradas expectantes de lo adolescentes que aun quedaban en el escuela, puesto que era el único salón que aun contenía a sus alumnos, y la preocupada mirada de un rubio.

Adrián no lograba mantenerse quieto en su escondite, detrás del ultimo pupitre al igual que sus compañeros. Este mordía constantemente sus labios y sus expresiones variaban al oír los constantes estornudos y tosidos de su compañera.

Un secreto a descubrir//One-Shot//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora