Noche de confecion

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Todo adolescente de mediada edad, disfruta de salir a bailar y divertirse con amigos. Algo que era apegado a el grupo de compañeros de el colegio Frangoin Doupan.

Todo el salón juntado en la casa de una morena, disfrutaba de comida, baile y sobre todo bebidas. Mediante la noche avanzaba y las hora pasaban los jóvenes desaparecían de la casa encaminados a sus hogares, así hasta que solo quedaron ambos morenos, un rubio y una azabache. Sin embargo marinette no controlo sus copas y el alcohol se apodero de ella.

—Jajaja y cuando tiro del yoyó, cae en la fuente de agua—reía a carcajadas—Siempre me divierten sus tonteras. Pero sus shistes son muy malos.

La azabache no era consiente de sus propias palabras en aquel momento. Y mucho menos de las miradas que portaban sus amigos, puesto que ellos no tenían, para nada, el mismo nivel de borrachera que ella. Alya y Nino tenían la boca abierta y sostenían débilmente sus copas con bebida, mientras que Adrián era el mas impactado de todos. Se encontraba sentado frente a ella, mirándola inexpresivo a simple vista, pero en el interior podía sentir un nudo en el estomago que se enroscaba mas y más con cada palabra que salia de la azabache.

—Oh y la semana pasada. Nos juntamos para patrulshar y me trajo como siempre una rosa. Es muy tierno cuando se lo propone, eso me gusta de Chat.

Decía mirando su vaso ya vacío y sonriendo adormilado. Adrián sintió arder su rostro al igual que su cuerpo. Ella estaba hablando solo de Chat Noir, de sus bromas, sus chistes, coqueteos y jugueteos ¿acaso podía desear algo mejor que oír a su lady alagarlo? Tembló ante tal revelación. ¿Tan ebrio estaba? que recién en aquel momento se dio cuenta de que Marinette era Ldybug.

—El es muy, muy... pero muy tierno, me gusta cuando me protege, pero también me enoja... Y musho.

Marinette seguía ablando y alagando a su compañero sin imaginar que él se encontraba a solo metros de ella. Adrián actuó de inmediato y le tapó la boca evitando que revelara mas de lo dicho o incluso que se avergonzará a si misma.

—Bueno...creo que fueron demasiados desvaríos por una noche, mejor la llevaré a su casa.

Este arrebató una botella de la manos de la chica, quien tenia intenciones de servirse mas. Los morenos lo tomaron como un efecto del alcohol y rieron despidiéndose del sonrojado rubio y de la inquieta azabache, quien protestaba inconscientemente. Ya a una cuadras de distancia, el rubio se adentro a un callejón junto con la chica.

—Oh, my lady. Es evidente que no controlas el alcohol.
—Adrian, ¿te e disho que me gustas musho?—soltó de repente, logrando colorear al rubio—Eres idéntico a Chat. Eshepto por su personalidad. Aunque debo decir que no te quedaría mal el personaje de chico malo y coqueto—sugirió de manera lasciva y lujuriosa.

Adrián la miraba impactado, pero sabia que su comportamiento era producto de las bebidas. Cerró con fuerza sus ojos y se transformo enfrente de ella. Al abrirlos, se topo con una inexpresiva mirada. Suspiro. Con delicadeza, la tomo en brazos temeroso de recibir algún rechazo, que no llego, y se dirigió a la casa de la chica.

Al llegar, entro a la habitación de Marinette y suavemente la sentó en su cama. Ella aun lo miraba sin expresión alguna, cosa que lo sorprendió y preocupó.

—Mari...
—Siempre fuiste tú.

Sonaba normal, ya no sostenía aquella vos ronca y ebria. Todo rastro de alcohol en su cuerpo se había evaporado a causa de la sorpresa del rubio, lo miraba y solo eso. No se movía o siquiera desviaba su mirada, solo lo penetraba con la mirada, esperando alguna reacción o algo.

—Si. Y siempre fuiste tú—dijo en el mismo tono suave e inexpresivo ya sentado frente a ella.

Marinette ladeó su cabeza como si tratara de comprender lo que acababa de decir y sin darle tiempo al rubio para reaccionar se abalanzó a él y lo beso ferozmente. Rodeo su cuello y enredo sus dedos en la rubia cabellera tirando de ella y logrando escuchar un excitante gruñido.

Un secreto a descubrir//One-Shot//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora