Día VII: Depresión post-partida~

4.9K 163 37
                                    



Catorce días de Honeymoon

(Este capitulo se ubica despues de la partida de Yui)

.

~Día VII: Depresión postpartida ~

Kirito escuchó el sonido de su alarma resonando en sus oídos. Le parecía que hacía tan solo unas horas había cerrado los ojos logrando finalmente dormir. Miró la hora en su visor, este decía que eran las 8:30. Apagó el molesto sonido y parpadeó ante la luz del sol que entraba por la ventana, se giró con cuidado hacia su derecha donde fue saludado por una adorable visión, la que secretamente no cesaba de contemplar. Y más aún cuando los acontecimientos de esos últimos tres días los había unido un poco más como pareja.

El rostro de Asuna se hallaba vuelto hacia él, y por un momento le pareció extraño el que aún se hallara acostada en la cama a su lado, cuando siempre era la primera en levantarse para preparar el desayuno.

Sin duda a juzgar por sus párpados levemente enrojecidos, y su ritmo irregular de respiración no hacía mucho que ella se había dormido finalmente, seguramente cansada de tanto llorar.

Ayer se habían despedido de Yui, la preciosa niña que tres días atrás encontraron vagando sola en el bosque luego de que él quisiera asustar a Asuna con alguna de esas típicas y tenebrosas leyendas de leñadores. Pero no solo no asustó a la muchacha sino que además terminó el día con una pequeña y adorable niña que de la noche a la mañana se convirtió en su hija.

La estancia de Yui en ese hogar de recién casados, terminó por resquebrajar el frágil concepto de familia que siempre tuvo. Esa niña no era sangre de su sangre, pero repentinamente la amó con todo su corazón. No fue necesaria una concepción o el momento del alumbramiento para atesorarla como si fuera algo suyo, carne de su carne. Porque la amó apenas ella lo llamó papá. Y sabía que con Asuna había sucedido igual, bastaba con ver las lágrimas que anegaron sus ojos cuando la pequeña se colgó de su cuello.

Y entonces comprendió un poco más a su familia real, a sus tíos que lo adoptaron cuando sus propios padres murieron, y supieron que podrían amarlo como si fuera parte de ellos. Si él mismo había amado a Yui con solo haberla visto ¿Porque no Midori y Minotaka -sus padres adoptivos- no podrían amarlo de la misma forma pese a que no era su hijo biológico?

Sinceramente aquel juego de la muerte estaba haciendo que siguiera enfrentándose a los fantasmas de su pasado, y quebrando las convicciones y los ideales que mantuvo desde niño. Ahora que repasaba su vida en Japón se daba cuenta de lo odioso y desagradecido que había sido con su familia: con sus padres, y con su hermana.

Tan solo tres días duró la estancia con Yui, y mientras ellos aprendían a convivir con ella, como una familia real, él se permitía fantasear lo que sería tener hijos con esa preciosa pelirroja, y se daba cuenta de cuan perfecto sería todo, si esa loca ensoñación se hiciera verdad una vez volvieran al otro lado.

Pero su tiempo como pequeña familia tenía fecha de vencimiento; Yui no era una niña que estaba extraviada dentro del juego como ellos pensaron en un primero momento, sino que era una A.I (inteligencia artificial) creada para ayudar y aconsejar a los jugadores dentro del juego, su forma adorable y amigable se debía a que no había otra manera en que la pequeña pudiera acercarse y brindar su ayuda. Aunque luego una falla del sistema hizo que ya no fuera capaz de contactar a quienes tanto la necesitaban, viendo con horror como poco a poco esos seres se hundían en el sufrimiento para luego terminar suicidándose, como la única forma de escapar de ese mundo.

«Catorce días de Honeymoon»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora