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Ya estando en casa, sigo sin asimilar todo lo que me ha dicho Thomas, vale la pena decir que ese hombre es peculiar, cuenta las cosas al instante sin anestesia. Tuve que ducharme para salir al jardín a relajarme, a perderme en mis pensamientos sin partirme tanto la cabeza..., este último año ha sido un torbellino de emociones, me reencontré con Max, nos hicimos amigos, nos unimos aún más en un bonito noviazgo, conocí a una chica increíble: Ruby, Jeremiah se ha tomado las cosas en serio con una buena chica, mamá encontró a su hombre ideal, vi a mi padre en persona por primera vez, hizo mi vida un desastre, lo odié, sentí algo de aprecio y luego volví a odiarlo... Vaya, todo esto en medio año, puede transcurrir millares de cosas en tu vida en un tiempo tan corto que ni lo ves pasar, y dependiendo de cómo te tomes los altibajos, la cuestiones de vida puede tratarte como una montaña rusa que no para de descender o un carrusel que no deja de pasear.

Tomé mi taza de té, de flor de jamaica; mi favorita, y le di un ligero sorbo para no quemarme, ya el vapor calentó mi nariz en conjunto a mis mejillas.

Definitivamente hay momentos en los que te sientes tan enormemente solo que lo único que pides es el afecto de alguien sin importar si es un desconocido o tu amigo del alma, quieres pedir ayuda para que logres salir de ese abismo en que estás, pero solo clamas palabras mudas; así me siento ahora, extrañamente me siento así. Mamá estará trabajando hasta el amanecer, Graham encerrado en su habitación, Melody fue a pasar la noche con su prometido, Jeremiah seguro que está con Marnie, al igual que Ruby con su chico. Mientras tanto, estoy aquí, congelándome con este frío tiritante mientras pienso en ese muchacho que se llevó mi corazón sin previo aviso.

¿Por qué el amor tiene que doler de esta manera?

Al siguiente día, arreglé con Ruby para salir a comer algo. Compramos ropa nueva, visitamos una pastelería recién inaugurada y probamos uno de los postres que ofrecían, yo opté por un enorme pastel de tres chocolates mientras que Ruby eligió la tarta de melocotón, nos encantó tanto que nos regresamos a comprar de nuevo; más tarde nos encaminamos hasta una banca cercana para hablar de cosas más íntimas y con más calma.

-Cam, ¿Pudiste hablar con Thomas? No me has contado nada de eso -indagó.

La verdad es que no he querido decirle nada de aquello, confío plenamente en ella, pero es un tema tan delicado que no sé cómo se lo tomaría, ni mi madre está al tanto; nadie más que yo y el que está arriba.

-Sí, hablé con él.

-¿Y...? ¿Qué pasó? -se acercó más a mí para escucharme, posando mechones de cabello detrás de sus orejas.

-Me contó cosas muy feas, Ruby. Cosas que ni me esperaba, no sé cómo decírtelo, ni mamá lo sabe -expresé con la voz apagada.

-¿Tan mal ha sido?

Asentí.

-Bien, si no te sientes lista para contarlo, lo entenderé -me brindó una sonrisa reconfortante.

-Gracias -devolví la sonrisa.

❁ ❁ ❁ ❁ ❁ ❁ ❁ ❁

El fin de semana transcurrió de prisa, me arreglé temprano por la mañana para ir al instituto, bajé a desayunar un tazón de cereales con leche y jugo de naranjas frescas; me llevé una muy grata sorpresa en cuanto vi a mi futuro cuñado entrar por la puerta de la cocina junto a Melody. Sin pensarlo me levanté de mi asiento y corrí a sus brazos, lo echaba de menos, es un gran amigo y se lleva el cariño de cualquiera.

-¡Zack! -clamé con toda la alegría posible y lo abracé.

-Maldición, Camille. Estás más alta y hermosa -elogió sobre mi hombro.

Camille, Camille. © #MerakiAwards.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora