3. Desierto

1.9K 157 96
                                    

«Recuerda que todo hombre sabio teme tres cosas: la tormenta en el mar, la noche sin luna y la ira de un hombre amable.»

Crónica del Asesino de Reyes II: El Temor de un Hombre Sabio de Patrick Rothfuss.

_____________________________

I

—¿Hablaste con Mrs. Hobb —la mezcla femenina de lo gótico, lo formal y la sensual juventud adolescente, se dejó caer en la única silla desocupada, a un costado del agente de tupida barba risada, que invadía con su papeleo el comedor de empleados—, Rothfuss?

—En cuanto te dejé —respondió inmerso en su labor—. Por eso está encerrada hablando con la Agencia —añadió, a sabiendas de que J. Kalogridis no se daría por satisfecha con palabras a cuentagotas.

Kalogridis frunció los labios.

P. Rothfuss advirtió su impaciencia removiendo el aire. Resignado abandonó la lectura de la libreta de notas.

—¿Si? —dio apertura a un desahogo.

—Gracias a Diaries of the Family Dracul, puedo indagar en fragmentos de memoria y emociones, pasadas y presentes, de quienes pruebe su sangre —colocó en contexto su inquietud—. Entiendo que es una habilidad útil para la CIP, pero si apenas me encontraron, ¿cómo es que desde hace años tuvieran preparada la sangre de un sujeto específico para rastrearlo?

Rothfuss esbozó una sonrisa pequeña. A esa chiquilla no se le iba ningún detalle. Justo como predijo Julie.

Julie...

—Porque estaba escrito que te conoceríamos, así como que se alteraría la estabilidad de Sanderson...

—... haciendo que los días previstos se conviertan en horas —concluyó Kalogridis.

—Sí, sabíamos que pasaría, más no el momento. De ahí tu participación para monitorearlo.

—Es una historia trillada —elevó la derecha de su labio en amarga añoranza, discordando del desprecio en su opinión—. "El hombre que permanece firme por años se doblega por amor".

—¿No son esas las mejores historias —inquirió Rothfuss. Para una persona harta del romance, rescatada de un abismo en el que se hundió por la promesa de amor eterno, el tema era, no trillado, sino escabroso. Comprensible—, las que se repiten infinitamente en distintos escenarios mostrando sus diversas caras?

Kalogridis alisó la falda en señala de una inexistente indiferencia.

—La Agencia tiene que llegar tiempo a Sanderson —desvió la conversación—. Su espíritu está quebrantado.

—También lo espero —Rothfuss regresó a la libreta—. Extraño a mi gran amigo y mal compañero de copas.

—Esa también es una historia trillada —se levantó.

—¿A cuál historia te refieres? —preguntó confundido.

—A la del amigo abnegado que aun "aprecia" al hombre que le arrebató al amor de su vida.

Habiendo puesto el dedo directo en la llaga dio la vuelta y se perdió en los pasillos de la sombría base de la CIP, a las afueras de Seattle, abandonando a Rothfuss a merced de los monstruos que azuzó. Monstruos que el hombre, sin miedo, conocía de sobra, y con los cuales pactó una relativa paz que estaba acostumbrado a resanar a diario.

El amor es una fuerza tanto constructiva como destructiva, pensó. Ojalá que los involucrados en la apuesta con el destino, en Japón, no se despedazaran en la sobredosis de nudos en el hilo rojo que los unía.

Insane DreamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora