Digimon Nueva Génesis Parte 2

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                                                 4.DE TAL PALO, TAL DEMONIO

El sudor corría como un río por mi cuerpo. Llevaba más de tres horas bajo el llameante sol que incendiaba el suelo y me enterraba en esa fulminante lava amarilla. Maldito desierto.

-Llegamos- dijo Daemon

-Wuarr- bramó Guilmon X

-¿Aquí? me hiciste caminar más tres horas en el desierto para llegar a un lugar exactamente igual a  donde partimos.

Mis piernas temblaban de cansansio, soy deportista, he entrenado por años mi resistencia pero caminar entre el mar de sequedad desertico mientras te succiona los pies, sin agua ni comina con un circulo luminoso fulminando tu piel en cada segundo, cambia todo lo que creías. 

-Calla. Empecemos el entrenamiento.- dijo mi aparente mentor.

-¿Qué debo hacer ahora? ¿me enseñarás a pelear junto a mi digimon?- dije jadeando.

-Todo a su debido tiempo- me dijo con una voz serena (si es que eso es posible)- si te entrego ahora a este digimon de naturaleza destructiva ahora, acabará contigo en cosa de segundos y te necesitamos vivo.

Tragué saliva. Esto será más difícil de lo que creí.

-Por eso necesito despertar parte de tu poder oculto para que entienda que existe un lazo entre él y tú y así poder pelear juntos.

Una fuerte onda de aire se genero en su ubicación, levantando la arena y con ella una fuerte tormenta me comenzó a desplazar, pero una mano en mi hombro me afirmó. Era Daemon.

-Veo tu miedo, humano. Debes desecharlo para liberar tu poder. Desecharlo y cambiarlo por odio.

La tormenta cesó y Daemon se colocó delante mío. Estaba indiferente. En sus ojos podía leer esa sensación de poder.

Guilmon estaba atrás, como si no hubiera sentido la tormenta.

-Ahora haremos una cosa- dijo el demonio levantando la mano hacia el horizonte.

El aire pareció doblarse, escurrirse como el agua entre los dedos. La imagen empezó a distoricionarse y de esa distorción surgió una gran roca (¿¡Cómo hizo eso!?).

-Parte esa roca- me ordenó mi maestro con una voz tan recta como la de un veterano de guerra.

Lo miré incrédulo-¿Cómo quieres que rompa esa roca tan grande?

-Con tu poder- me dijo con un tono grave y poderoso-si concentras tu poder en tus puños, podrás destuir facilmente esa roca. Sólo tienes que sentir el poder de la destrucción fluye en tu cuerpo.

-¿Sentir el poder de la destrucción?- miré esa roca- okey, la romperé.

Comencé a concentrarme, imaginé que si hacía lo mismo que Goku cuando de transforma en super saiyajin lograría desatar mi poder.

-Eso es, elegido, eso es. Concentra tu odio, libera tu poder.

Mire la roca, de vista parecía una fortaleza infranqueable tan dura como el diamante. Esto va a doler.

-¡Aaaah!- grité, mientras lanzaba un potente golpe con toda mi fuerza contra esa piedra.

Al chocar mi puño contra esa roca se escuchó un crujido. La roca estaba intacta pero con pequeñas manchas de sangre.

-¡AAAAH! ¡CONCHESUMADRE! ¡MI MANO!- grité con todas mis fuerzas, mi mano, goteando sagre desde los nudillos parecía haberse roto. Dolía como miles de cuchilladas clavando y desgarrando mi muñeca. Un dolor inigualable y trágicamente cálido.

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