9.UN CAMINO DIFÍCIL.
El sol chocaba en la arena, rebotando y tostando todo a su alrededor. La temperatura parecía aumentar exponencialmente y el aire, hirviendo, se movía al compás de los espejismos. No había rastro de agua, ni de vida, solo secas rocas y fisuras que parecían llevar milenios ahí. En ese martirio se encontraban el chico de pelo castaño y el digimon de la famillia Grey.
-¡No puedo más!- dijo Dante, dejándose caer abatido por el cansanció y la sed.
-¡Vamos! Hay que seguir, debemos ser fuertes- decía Alan con un cansancio igual o mayor al de Dante. Sus labios estaban tan secos como la tierra que pisaban y sus pies, arrastrados por el suelo, eran abrazados por el horrible calor desértico.
-Quiero agua- decía Dante con cansancio, arrastrando sus labios entre la arena para poder hablar.
-Yo también tengo sed, pero debemos seguir- lo miró con una actitud decidida- ¡Vamos!
Alan se acercó, flectó sus piernas tan débiles por el cancacio y con sus manos sujetó un brazo y una pierna de su acompañante y los levantó cargándolo en su espalda como si un soldado estuviera cargando a su compañero herido, cosa que no estaba muy alejada de la realidad.
-No pienso morir aquí, y tú tampoco morirás- Dijo el joven, agotado.
-Gracias, Alan-Murmuró Dante con una voz tan débil que el muchacho no la escuchó.
De alguna forma que aún no se puede comprender, Alan logró caminar cinco kilómetros más, bajo ese sol y con sus fuerzas ya deterioradas por el uso de su poder en la batalla anterior.
No podía permitirse la muerte, sería un egoísta al morir. Su novia había sido asesinada por un monstruo, solo para probar su poder. Ese sentimiento era tan horrible como la arena que tenía en su seca boca.
Había matado a su digimon, había causado que mataran a su novia, había sido torturado todas las noches por un mes y medio, había sido alejado de su familia, de sus amigos, de todo lo que él quería ¿por qué? por pelear una guerra que no era suya. Y lo que más le dolía;
Seguía vivo. ¿Por qué dejarlo con vida? ¿Acaso costaba mucho matarlo? Pero no, no podía sucumbir a la muerte ahora, no dejaría que esas muertes fueran en vano.
Estos pensamientos rondaban por su cabeza y no se sabe muy bien si pudo aguantar el paso por fuerza de voluntad o por fuerza de su odio.
Pero el cuerpo humano del siglo 21 no está hecho para sobrevivir ambientes extremos y cayó sin fuerzas en la arena.
10.LA MALA HIERBA NUNCA MUERE.
Un chorro de agua los despertó, sintieron el agua correr por su cara y depositarse en sus lábios. Nunca se habían sentido tan desesperados y contentos por agarrar algo de ese oro transparente.
Cuando se recompusieron comenzaron a escuchar un ruido a su alrededor, eran muchas voces que hablaban de distintos lados, como cahrlas en la oscuridad. Al abrir los ojos el sol los encegueció por unos segundos y pudieron apreciar que estaban atados de pies y manos y puestos en fila junto a otros 3 digimons en una plataforma y siendo observados por un tumúlto de gente, todas histéricas, gritando números al aire y peleándose entre ellas.
Alan estaba en el extremo izquierdo, a su lado, su amigo Dante, a su lado habían tres digimons que parecían pequeñas personitas hechas de piedra, Alan los conocía, era Gotsumons.
-Dante, Dante ¿estás bien?- le dijo el joven a su compañero con voz preocupada.
-Sí, lo estoy- respondió éste.
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Digimon Nueva Génesis
FanfictionHan pasado muchas décadas desde que los últimos niños elegidos llegaron al digimundo a luchar por el bien. Durante ese periodo, unos humanos aparecieron y comenzaron a levantar las fuerzas de los demonios para provocar batallas contra los digimons á...